Campanas de Santiago

Alrededor de la tradición jacobea existen multitud de leyendas, las cuales han sido recogidas en los distintos escritos y documentos medievales. En esta ocasión, recordaremos la leyenda relacionada con las campanas de la catedral de Santiago, una de las más curiosas y que tienen un trasfondo histórico.

santiago2

La leyenda de las campanas se inicia el 3 de julio del año 997 cuando el caudillo musulmán Almanzor inicia una campaña de conquista de tierras cristianas cuyo punto final sería la ciudad de Compostela, donde estaba ubicado el sepulcro del Apóstol Santiago, convertido por aquel entonces en uno de los centros de peregrinación de la Cristiandad, junto a Roma y Jerusalén. El intrépido Almanzor quiere castigar a los “indignos” cristianos destruyendo aquel santuario. La expedición organizada por el general musulmán contaba con todos los medios materiales y humanos para conseguir el objetivo propuesto. Incluso contaba con una flota de apoyo que transportaba tropas, víveres y armas por las costas occidentales de la Península, desembarcando en la ciudad de Oporto, donde desembarcaron y continuaron su marcha hacia el río Miño. Durante el camino a Santiago, nada que ver con la ruta milenaria, arrasaron y expoliaron todo cuanto encontraron a su paso.

El 10 de agosto llegaron las tropas de Almanzor a Santiago, la cual había sido abandonada por sus habitantes ante el pánico causado por la llegada de los musulmanes. De esta forma, Almanzor tomó inmediatamente, y sin resistencia alguna, la ciudad, saqueando y destruyendo todas sus iglesias y monasterios y derribaron sus murallas. Curiosamente, solo se salvó el sepulcro de Santiago, al que incluso Almanzor protegió con sus soldados para evitar la destrucción y el saqueo del mismo. En realidad, el general musulmán quería castigar la insolencia y la veneración de los cristianos y respetar las reliquias en sí. El respeto a la tumba del apóstol también puedo deberse a que en la campaña de Almanzor participaron también algunos nobles cristianos; o incluso a que el propio Corán castiga a aquel que expolia imágenes sagradas. Las crónicas hablan también que, cuando Almanzor llegó al sepulcro de Santiago, se encontró allí a un viejo monje custodiando la tumba, siendo el único cristiano que había permanecido en la ciudad. La fe y valentía de aquel monje fue respetada por Almanzor.

Sea como fuere, la ciudad de Compostela fue destruida por el ejército árabe, tras lo cual Almanzor inició su triunfal regreso a Al-Andalus, cuya capital se encontraba en el califato de Córdoba. Almanzor regresó atravesando El Bierzo y bajando hasta Córdoba saqueando todo lo que encontraba a su paso. El botín de guerra obtenido era cuantioso e incluía las campanas de la catedral de Santiago, las cuales eran transportadas por los prisioneros cristianos que Almanzor iría capturando a su paso. La leyenda dice que Dios castigó a Almanzor provocando en sus tropas unas fuertes diarreas, Pero estas no fueron un obstáculo para que continuase la marcha. La entrada en Córdoba fue triunfal y Almanzor fue recibido con todos los honores.

Y entre los tesoros que portaban estaban las campanas de la catedral de Santiago, alrededor de 11 de gran tamaño, y todas las campanas que había sido robadas en todas las iglesias cristianas que habían encontrado los árabes en su camino. Ciertamente hay algo de desacuerdo sobre qué se hizo con las campanas en Córdoba, y teniendo en cuenta que no solo fueron robadas las campanas de Santiago, sino todas las de las iglesias de la ruta que Almanzor iba siguiendo hasta Compostela; la cantidad de bronce sumado en total, de regreso a Córdoba debió ser muy abundante. Todas ellas servirían para ser utilizadas en la mezquita de Córdoba. Unas, como lámparas de aceite, una vez dadas la vuelta y apoyadas en trípodes, para iluminar la mezquitas; mientras que el resto se fundirían y se utilizarían para las puertas.

Campanas originales
Campanas originales

Y así fue hasta que el 29 de junio de 1236, Fernando III conquista la ciudad de Córdoba. El rey quiere agradecer a Santiago la ayuda prestada y ordena refundir todo el bronce robado en unas nuevas campanas, las cuales fueron transportadas hasta la catedral de Santiago de Compostela, estas vez transportadas por esclavos musulmanes y colocadas de nuevo allí. Sin embargo, las campanas actuales de la catedral de Compostela no son aquellas que fueron transportadas desde Córdoba. Durante la transformación barroca del siglo XVI se construyó una nueva torre en la catedral, la llamada Torre del Reloj o “La Bereguela”, en la que se instaló una gran campana obtenida fundiendo todas las traídas desde Córdoba. Tampoco la que actualmente se encuentra en esta torre es la original, sino una copia. La original, sustituida al producirse en la misma unas grietas, descansa hoy en el claustro de la catedral.

La Berengela
La Berengela

Deja un comentario