Medinaceli

El poeta Gerardo Diego definió a la villa soriana de Medinaceli como “Ciudad del cielo”. Tal vez por su ubicación, al extenderse sobre un cerro que domina la planicie. O tal vez como, al pasear entre sus estrechas calles, nos encontramos en un lugar que parece el cielo, azul intenso sobre nuestras cabezas. La villa posee un número, casi infinito, de casas, edificios y palacios que muestran su extraordinario pasado.

La Plaza Mayor es un buen ejemplo de ello. Estamos, sin lugar a dudas, en una de las plazas mayores más bonitas de España. La magnífica Plaza Mayor de Medinaceli es una típica plaza castellana porticada con forma rectangular en la que se encuentran importantes edificios monumentales como la antigua Alhóndiga, un palacio del siglo XVII formado por dos pisos de arcos. Otro gran monumento, junto a la mencionada Alhóndiga  es el Palacio Ducal, del siglo XVI.

La Alhóndiga sirvió antiguamente al comercio de cereal. La planta superior fue  Casa del Concejo y la parte trasera se utilizó como cárcel.  Mirándola de frente veremos tras este edificio, y tras la plaza, la torre de la Colegiata, que parece vigilar lo que acontece en la villa.

El Palacio Ducal es de estilo renacentista y fue la sede de la Casa de Medinaceli, cuyo escudo están grabados en la fachada. Tras quedar en estado ruinoso, en 2008 se inauguró un museo dedicado a exposiciones culturales dispuestas en la planta baja del antiguo palacio.

La Plaza, construida sobre un foro romano, tiene una superficie de unos cinco mil metros cuadrados y actualmente está pavimentada. Las casas que la rodean, todas ellas soportaladas, siguen el estilo castellano