Corral de San Isidro

Preparémonos para una visita singular, como es la Capilla del Corral de San Isidro. Una visita que nos cautivará. En un lugar increíble y en una ubicación inmejorable. Encontrarla no es fácil y visitarla tampoco. Como suena. Esta capilla solo abre al público la festividad en honor de San Isidro. Algunas guías e informaciones aseguran que también se puede visitar el tercer sábado de mes, algo mucho más incierto. Se puede visitar si existe algún oficio religioso que tras el cual, alguno de sus cofrades tenga la amabilidad de permitir su visita tras el oficio. Menos mal que la amabilidad, y la paciencia, de los cofrades es pareja a la belleza del lugar. Gracias.

Vayamos ahora a su ubicación. Como decía  antes increíble e in mejorable. Inmejorable porque se encuentra en la calle del Pretil de San Esteban, una calle de apenas treinta metros y no demasiado conocida. Situada entra la Iglesia de San Pedro el Viejo, en la calle del Nuncio, y la Iglesia de San Andrés, donde también se encuentra la Capilla de San Isidro. Bien. Situados en la calle, nuestro reto es encontrar el lugar exacto donde se encuentra esta capilla. Sabemos que es en el número 3. Pero en el número 3 existe, en realidad, una comunidad de vecinos, con su puerta color azulado y su portero automático, sin más detalle. Y en estas estamos cuando otro amable vecino sale del inmueble y nos informa que sí, allí mismo, se encuentra la Capilla del Corral de San Isidro. Tal cual. Según se entra, junto a las escaleras, a la izquierda, en una pequeña habitación se encuentra la singular capilla. Y uno no tiene por menos que acordarse de esas capillas situadas en montañas, cuevas y oquedades, en lugares insólitos, en contraste con esta capilla absolutamente urbana. Bueno, pues localiza la capilla, pasemos a conocerla.

La Capilla de la Cuadra de San Isidro fue creada por el santo en el lugar donde guardaba los bueyes de la labranza, es decir, la cuadra. Está situada en un inmueble que, en aquella época, siglo IXX, pertenecía al mayorazgo de Iván de Vargas, a cuyo servicio estuvo San Isidro. En este lugar, además, dormiría el propio santo, siguiendo la costumbre de los pastores, por lo que su origen se remonta al siglo XII.

La primera capilla data del siglo XVII por iniciativa de Juan Antonio López de Zárate, primer marqués de Villanueva, y Diego de Vargas. En el año 1859 se construye en el interior del edificio la capilla que hoy visitamos, y que está gestionada por la Real, Muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid.

La pequeña ermita urbana tiene planta es rectangular y está cubierta por una bóveda rebajada. El retablo interior es de estilo neoclásico y  representan a San Isidro con sus bueyes junto con Santa María de la Cabeza en su paso sobre el Jarama. La vidriera es obra de la casa Maumejean.

El cuadro del milagro de las palomas del siglo XIX es del pintor Manuel Castellano. La capilla contiene, además, cuatro cuadros que recuerdan  escenas de la vida del Santo, todos ellos obra del mismo pintor, en un alarde de aprovechamiento del espacio interior.

En las paredes observamos ficticios sillares en su construcción, como un trampantojo. La luz interior es proporcionada por las lámparas del lugar y dos vidrieras con las figuras del santo y su esposa. A mano izquierda, una copia del Cristo Crucificado de Velázquez decora la pared, mientras, a la derecha, observamos los retratos de Diego de Vargas y Juan López Zapata.

En el altar principal se observa un sencillo retablo de estilo neoclásico de finales del siglo XVIII, franqueado por dos columnas y rematado con el anagrama de Jesucristo. Como hemos dicho, con la figuras de San Isidro y Santa María de la Cabeza.

A su derecha, una figura de San José con el Niño, mientras a la derecha, la Inmaculada Concepción.

En suma, esta pequeña, e insistimos, urbana y singular capilla, es una visita obligada para seguir conociendo la vida, obra y milagros de San Isidro. Y esta capilla lo es.