Pedraza

Foto: J.A. Padilla

Pedraza es una villa medieval amurallada de pequeño tamaño, pero de gran belleza. En su interior vamos a contemplar  numerosos palacios y casas nobles blasonadas que se comenzaron a construir en el siglo XVI y que se mantienen en muy buen estado de conservación. Como su castillo, situado al final de la villa y que hoy es un importante museo. Entrar en Pedraza es entrar directamente a la Edad Media, a los siglos XII y XIII en los que se construyó la muralla y muchos de sus monumentos.

Puerta de la Villa. Foto: J.A. Padilla

La Puerta de la Villa es la puerta de entrada a la villa. Antiguamente, esta puerta se cerraba a las 10 de la noche hasta la mañana siguiente, y solo se abría durante este tiempo por alguna urgencia. Aún se mantienen los portones originales de álamo negro, pudiendo ser abiertos y cerrados.

Interior Puerta de la Villa. Foto: J.A. Padilla

Pedraza se levanta en una ubicación que la convierte en un bastión inexpugnable, donde el castillo se levanta estratégicamente sobre un lugar donde existió un castro prerromano. Durante una buena parte de su historia, la Villa de Pedraza ejerció como fortaleza y plaza de mercado para la comarca.  Tras cruzar el Arco, nos encontramos, a la izquierda, con la Vieja Cárcel que actualmente se puede visitar. Podemos contemplar la sala de prevención donde retenía con grilletes a los presos, así como las oscuras celdas se han conservado perfectamente hasta hoy. Sin barrotes, porque las puertas eran de madera por la que entraba la luz. Hasta 15 personas podían compartir en una celda en la que no tenían espacio ni siquiera de tumbarse. Aunque lo peor se lo llevaban los condenados con delitos de sangre, que eran arrojados a mazmorras esperando su ejecución.

Foto: J.A. Padilla

Desde aquí iniciamos nuestra visita y veremos grandes casonas y palacios con grandes fachadas y escudos heráldicos que hasta legar a la Plaza Mayor o plaza del ganado. En la plaza nos encontramos con la balconada del ayuntamiento y la iglesia de San Juan, además de sus soportales, todo ello con un gran ambiente medieval. Se dice de esta plaza que es una de las Plazas más bonitas de España. Se caracteriza por su forma irregular y, en ella, las familias nobles de la villa disfrutaban desde sus balcones, de los festejos taurinos celebrados desde 1550.

Plaza Mayor: J.A. Padilla

Aún se pueden admirar sus palacios y casonas de los siglos XVI y XVII, presididas en su conjunto por imponentes fachadas y elegantes escudos de armas, En uno de estos palacios, se alojó el Rey Carlos IV, durante una visita de tres días a la villa, disfrutando en primera línea de balcón, de las  celebraciones organizadas en su honor.

San Juan Bautista. Foto: J.A. Padilla

Presidiendo la Plaza, se levanta la Iglesia de San Juan Bautista, el único templo que se conserva abierto al culto en la actualidad. Esta Plaza medieval se ilumina con velas los dos primeros sábados de Julio, desde hace más de 20 años, para albergar a los mejores músicos del momento en los  conocidos Conciertos de las Velas, un espectáculo único. En la esquina de la plaza se levanta la torre románica de San Juan Bautista.

Foto: J.A. Padilla

Salimos de la plaza y tomamos la calle más emblemática de Pedraza, la Calle Mayor, desde la cual se aprecia al fondo la figura de un impresionante castillo. Hacia alla nos dirigimos flanqueados por casonas, viviendas, restaurantes, comercios y hospederías en un un camino de apenas 400 metros que hay desde la plaza hasta la fortaleza.

Castillo. Foto: J.A. Padilla

Al llegar al castillo vemos las ruinas de una iglesia de aspecto fantasmagórico. Es la iglesia de Santa María, lugar donde se celebraban las ceremonias religiosas de la Casa de los Velasco, los Duques de Frías. Hoy, apenas quedan unos restos y una torre imperfecta. Surge entonces un terreno utilizado como aparcamiento y, por fin, el icono de Pedraza, su gran castillo.

Se cuenta que en el castillo de Pedraza se refugió el Califa de Córdoba Abderramán III, sin bien el castillo actual está reformado por los máximos benefactores de Pedraza, la familia Velasco, Condestables de Castilla, Duques de Frías y Señores de la villa desde finales del siglo XV hasta entrado el siglo XIX cuando se abolieron los señoríos en el Reino de España.mLos Condestables residieron en el castillo de la villa durante cientos de años. Fue a partir del siglo XVI cuando los nobles que se habían hecho ricos gracias al comercio de la lana, establecieron sus casonas y palacetes intramuros, sobre todo en la Plaza Mayor. Más tarde, la crisis ganadera y la abolición del régimen señorial llevaron a Pedraza al olvido, aunque la tipología de la villa se conservó y hoy Pedraza se nos aparece como en el año 1600.

Foto: J.A. Padilla

En el castillo de Pedraza estuvieron retenidos los hijos del Rey Francisco I de Francia, el gran enemigo del Emperador Carlos V. Siendo menores fueron intercambiados por su padre para que éste evitara la cárcel. Al final, uno de ellos murió y más adelante el pequeño Enrique, superviviente a un duro cautiverio, reinó en Francia como Enrique II.

Plaza Mayor. Foto: J.A. Padilla

En 1926 adquirió el castillo el pintor Ignacio Zuloaga, quien se ocupó de reformarlo. Sus descendientes lo convirtieron en un museo que exhibiera las obras del artista vasco. Y así se daba una oportunidad de visitar las instalaciones de un castillo histórico que es y será por siempre el emblema de la villa de Pedraza.

Foto: J.A. Padilla