Pedraza

Pedraza. Una villa segoviana encaramada a una colina, amurallada y medieval. La carretera anuncia no que nos espera tras esos muros. Podemos entrar en la villa en coche y dejarlo en un amplio aparcamiento existente frente al castillo. Ya en ese momento nos damos cuenta que la carretera se quedaba corta en su anuncio. Estamos ante uno de los pueblos más bonitos de España.

Pero cuando llegamos a su grande, extensa e impresionante Plaza Mayor descubrimos que esta es, sin duda, la plaza más bonita de España. No por sus monumentos, sino por su tipismo, estructura y edificios que forman parte de ella. Intento imaginar cómo lucirá esta plaza cuando en el mes de julio se celebra los Conciertos de las Velas. Pero mi imaginación no puede con tanto. 

Esta enorme y preciosa plaza porticada está presidida por la iglesia de San Juan Bautista, levantada en el siglo XIII. Tiene forma irregular y es fácil, aquí sí, imaginar cuando los nobles de la villa disfrutaban desde sus balcones de los festejos taurinos celebrados desde mediados del siglo XVI y que hoy se siguen celebrando para el disfrute de todo el mundo.

Junto a la iglesia se encuentra el edificio del Ayuntamiento, con sus dos pisos y arcadas. En lo más alto, un reloj y una campana marcan las horas de la villa.

Toda la plaza está rodeada por los palacios y casonas de las familias que allí vivieron, cuyo origen se remonta a los siglos XVI y XVII.

Esta Plaza Mayor de Pedraza es una de las joyas urbanas de la arquitectura histórica tradicional castellana. Se aprecia perfectamente el porticado de piedra y las balconadas del Ayuntamiento, junto al viejo edificio de la Taberna. Destaca la torre de la iglesia que conserva vestigios de su primitiva traza románica, como el ábside de la cabecera y la esbelta torre.

Sentarse a descansar y disfrutar en esta plaza de su oferta gastronómico es casi obligado. Sentir su tranquilidad y paz y olvidarse de muchas cosas. Comprobaremos como el tiempo se detiene y solo el movimiento del sol nos marca el paso del día.

Y no abandonamos esta plaza sin hacer mención al antiguo símbolo de la villa de Pedraza: la Olma de Pedraza. A la salida de uno de los accesos de la plaza, junto a la iglesia, existe un olmo. Pero este olmo no es la antigua olma que dio fama a Pedraza. De ella se desconocía su edad, pero era muy antigua. Y tan grande, que decían que bajo sus hojas se resguardaban del calor todos los habitantes de Pedraza. Aquella olma, sin embargo, fue víctima de una enfermedad que la dejó moribunda. Para salvarla se le podaron completamente sus hojas y quedó solo el tronco, un enorme tronco testigo de su presencia. Posteriormente, se sustituyó aquel inerte tronco por un joven olmo, el que hoy se encuentra. Lo más curioso es que la presencia de un olmo junto a un templo seguía una tradición celta, al celebrar en ritos sagrados muy antiguos alrededor de los árboles. Los olmos  eran árboles sagrados en la tradición celta. Pero esto es otra historia.

 

 

 

 

 

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