La Campana de Huesca

La Leyenda de la Campana de Huesca o del rey Monje aparece por primera vez en la Crónica de San Juan de la Peña en el siglo XIV y narra la historia del rey aragonés Ramiro II,  quien había dedicado toda su vida dedicada a la iglesia como monje en un monasterio francés. Tras la muerte de su hermano, Alfonso el Batallador, el cual haciendo honor a su mote, había sido un gran guerrero que luchó contra los musulmanes. Como no tuvo descendencia, cedió el poder a la Orden del Santo Sepulcro, lo que convertía a Aragón en un reino débil debido a al asedio de los reinos de Castilla y Navarra. Fue entonces cuando los nobles nombraron rey a Ramiro, recluido entonces en un monasterio, con el fin de que fuese una figura decorativa y les cediera el poder a ellos. Pero el nuevo rey no estaba dispuesto a permitir esta situación y decidió reivindicar su papel de rey, lo que produjo en el reino una situación de enorme desorden y caos.  Y así nació la leyenda.  La del rey y la de la campana.

Ante la constante desobediencia de sus nobles,  el rey envió a un mensajero al monasterio francés de Narbona para que pidiera consejo al abad, quien había sido su maestro, ya que Ramiro había sido monje de dicho monasterio.  El abad condujo al mensajero del rey al huerto del monasterio y sin decir nada, cortó las coles que sobresalían. Tras segar las coles, le pidió al mensajero que contara al rey lo que había visto.  

Cuando el mensajero contó a Ramiro lo sucedido, comprendió el mensaje de su maestro y el significado que escondía el mismo, ya que el  huerto simbolizaba su reino y  las coles eran sus nobles más poderosos. Todo ello le llevó a urdir un plan que acabara con la rebelión de sus nobles.

La leyenda nos cuenta que los nobles iban llegando al palacio con una mezcla de curiosidad y de burla sobre la pretensión del rey de construir una campana de tales características. Tal idea la consideraban una extravagancia más de Ramiro I y probaban su inmadurez y la necesidad de acabar con un rey indigno e inmaduro para gobernar. Todos se preguntaban como sería aquella campana que iba a mostrarles el rey y que podría escucharse en todo el reino de Aragón. Parecía algo imposible, salvo para la alocada mente del rey. Una vez congregados todos en el palacio, el rey los fue haciendo pasar de uno en uno a una sala para enseñarles la campana. Tras pasar los primeros y más importantes, comenzaron a entrar los demás miembros de la corte. Ante ellos estaba aquella “campana” anunciada por el rey. Una escena dantesca y terrible. Los nobles habían sido decapitados a medida que habían entrado en la sala y sus cabezas habían sido colocadas formando un macabro círculo  mientras otra cabeza, la del obispo de Huesca,  pendía colgada de una cuerda imitando a un badajo. Esta era la campana prometida por el rey, y efectivamente su tañido se oyó por todo el reino. Una campana que llevó la paz a todo el reino.

Cuadro de José Casado de Alisal

Sobre la cruel matanza existe un famoso cuadro del pintor palentino José Casado del Alisal que puede contemplarse en el Salón del Justicia del Ayuntamiento de Huesca. El cuadro representa doce cabezas decapitadas arrojadas en el suelo formando un círculo mientras otra cabeza aparece colgada, en forma de badajo, mientras en rey señala a los demás nobles la macabra escena, una simbólica campana cuyo tañido, en efecto, se oyó en todo Aragón y sirvió para acallar toda rebelión. Hoy, la sala donde sucedieron estos hechos se conoce como Sala de la Campana. Tras diecisiete años de reinado, Ramiro II abdicó y regresó al monasterio del que tal vez nunca debió salir.

Hoy en día existen muchas dudas sobre la veracidad de dicha leyenda, a pesar de que en Huesca se muestra la Sala donde sucedieron los hechos como si de algo cierto se tratara.  Según estudios recientes,  parece  que la leyenda de la Campana de Huesca copia  modelos antiguos narrados anteriormente por Herodoto, Aristóteles y algunos más, y no está basada por tanto en hechos históricos. Sin embargo, sí se conocen los hechos narrados referentes a la situación política en los tiempos de Ramiro II y sus problemas con la nobleza y la existencia de decapitaciones del algunos nobles por parte del rey aragonés, si bien por otros hechos como pudo ser el asalto a una caravana musulmana que se dirigía a Huesca, violando el tratado de paz firmado entre Ramiro I y el gobernador árabe de Valencia y que pudo ser el origen de la leyenda de la campana.

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