La consagración de Napoleón. J. L.David

LA CONSAGRACIÓN DE NAPOLEÓN. Jacques Louis David. Museo del Louvre. París

Jacques-Louis_David_-_The_Coronation_of_Napoleon_(1805-1807)

La consagración de Napoleón es otra obra de Jacques Louis David, que además era el pintor oficial del Emperador. Pintada a principios del siglo XIX,  tiene unas dimensiones de 629×979 cm. La coronación y la consagración tuvieron lugar en la catedral de Notre Dame de París el 2 de diciembre de 1804. A pesar de que Napoleón quería romper con el protocolo de la monarquía, en la ceremonia se utilizaron símbolos reales como la corona y el cetro. Todos los personajes que aparecen  cuadro están perfectamente identificados. Así, Napoleón Bonaparte está de pie y es el principal protagonista del cuadro. Su esposa, Josefina, está de rodillas ante él haciéndole una reverencia y recibiendo l corona de manos de su marido. María Leticia Ramolino, madre Napoleón, está colocada en las tribunas, en el centro de las tres damas con traje claro, y ocupa un lugar más importante que el papa aunque, en la realidad, ella no asistió a la ceremonia.  El padre de Napoleón, Carlo Buonaparte, había muerto en esa fecha, pero la madre le pidió al pintor que lo incluyera en el cuadro. Napoleón quedó emocionado cuando, a descubrir el cuadro, vio la figura de su padre en él.  Sus hermanos, Luís y José Bonaparte se encuentran en el lado izquierdo del cuadro. Delante de ellos se encuentran las hermanas del emperador y ante ellas se encuentra el niño Napoleón Carlos Bonaparte. Junto al papa se encuentra Joaquín Murat, mariscal del imperio francés.

Jacques-Louis_David_-_The_Coronation_of_Napoleon_(1805-1807)
Detalle. Foto: J.A. Padilla

En las tribunas, en el nivel superior al que se encuentra la madre, está el propio pintor. En un principio, la obra de Jacques-Louis David destacó por realizar una pintura que se caracterizaba por la exaltación y la épica de la práctica revolucionaria en la Francia de los últimos años del antiguo régimen. Pero, tras la revolución en encarcelado hasta que la llegada de Napoleón le libera y recupera su posición social y artística. Será Napoleón el que le encargue el cuadro de su coronación en el que aparecerán más de cien figuras pintadas con gran detalle. El cuadro, sin embargo, tampoco se ajustaba a la realidad de la ceremonia, ya que será el propio emperador el que tome la corona de laurel de las manos del papa y se corone él mismo.  Aquí parece ser el emperador el que va a corona a Josefina. Por otra parte, resultaba contradictorio que el mismo pintor que exaltaba con su obra las consignas de la Revolución se pusiera al servicio de un nuevo monarca. Jacques-Louis David sustituye el entusiasmo y la energía del cambio social por un ritual formalista y el peso de una autoridad, que para algunos, estaba empezando a resultar opresiva. El pintor, antiguo defensor de la revolución, se convertía en un entusiasta defensor del nuevo régimen imperial.