Ciudad Rodrigo

Puesta de sol desde el Parador. Foto: J.A. Padilla

Ciudad Rodrigo es una hermosa ciudad esculpida a golpe de historia. Su centro histórico contiene, sin duda alguna, el mayor y mejor conservado patrimonio monumental que podemos encontrar en España. Pocos lugares pueden presumir de un patrimonio histórico artístico y de una historia tan importante como ella. Valga como ejemplo su papel decisivo en la Guerra de la Independencia contra el ejército napoleónico, en la que la ciudad se convirtió en un símbolo. Pero, a pesar de los distintos avatares bélicos, Ciudad Rodrigo presenta la mejor colección monumental renacentista.

Castillo y verraco vetón. Foto: J.A. Padlla

Su legado patrimonial y monumental es numeroso. Partiendo desde la plaza del Castillo de Enrique II de Trastámara, actual hoy Parador de Turismo, a cuya puerta se ubica un antiguo verraco vetón, una peculiar escultura de granito de origen celta, cuyo origen se remonta al siglo IV a.C. El recorrido de sus calles le nos permitirá descubrir innumerables palacios como el de Los Águila, de Los Castro o el del Marqués de Cerralbo; todo ello sin olvidar otras muchas casas solariegas adornadas con escudos, ventanas en esquina y otros elementos arquitectónicos característicos.

Catedral de Santa María. Foto: J.A. Padilla

Al mismo nivel, o incluso mayor, se encuentra la bella catedral de Santa María y el abundante número de iglesias, conventos y monasterios que vamos encontrando. Su Plaza Mayor es, sencillamente, espectacular, además de ser un lugar con una vida intensa gracias a los restaurantes y terrazas que se encuentran allí. En uno de sus lados se encuentra en magnífico edificio del Ayuntamiento. Y, por si fuera poco, estamos en la capital de los embutidos y carnes de la dehesa. Por si fuera poco, sus deliciosos huevos con o son un manjar de obligada degustación.

Plaza Mayor. Foto: J.A. Padilla

En 1944, Ciudad Rodrigo ya fue declarada Conjunto Histórico Artístico, gracias a su muralla,   catedral palacios e iglesias. Su catálogo monumental es interminable y es difícil en estas líneas incluir a todos ellos. El mencionado Parador, el Castillo de Enrique II de Trastámara, quien lo mandó construir en 1372; la soberbia Catedral de Santa María, del siglo XII al XIV, iniciada bajo el reinado de Fernando II de León, de estilo románica en transición al gótico, cuya  torre se construyó en 1764; las Murallas que rodean el centro histórico, las cuales comenzaron a ser construidas por Fernando III de León en el  siglo XIII y tienen más de dos kilómetros de perímetro, son los monumentos más importantes d la ciudad.

Muralla y Puerta de Amayuelas. Foto: J.A. Padilla

En el  siglo XVIII se construyeron los baluartes exteriores en forma de dientes de sierra en piedra arenisca. La muralla cuenta con cinco puertas: la del Sol, la del Conde, la de Amayuelas, la de Santiago y Sancti Spiritus, habiendo perdido la antigua falsa puerta, la llamada del Rey, frente a la Torre de la Catedral.

Siguiendo con su patrimonio monumental, destaquemos ahora el Palacio de la Marquesa de Cartago: de estilo neogótico, construido a finales del siglo XIX y reformado en 1953; la Casa del Primer Marqués de Cerralbo, situada en la Plaza Mayor, la cual data de la primera mitad del siglo XVI; la Capilla de Cerralbo, de estilo herreriano, de los siglos XVI y XVII. Levantada junto a la catedral como panteón funerario de la familia Pacheco;  la Casa de los Vázquez, hoy oficina de correos; la Casa de la Cadena: casa señorial del siglo XVI, la cual fue utilizada durante la Guerra de Sucesión como cuartel y el Antiguo convento de las Franciscanas Descalzas, levantado en 1739, por Churriguera.

Palacio del Prime Marqués de Cerralbo. Foto: J.A. Padilla

 Sigamos nuestro caminos: la Iglesia de San Andrés, románica, la cual, junto con la de San Pedro, son las más antiguas de la ciudad; el  Hospital de la Pasión,  fundado durante la época de los Reyes Católicos; el Palacio de los Águila o del Príncipe de Melito, de estilo renacentista o el  Palacio de los Ávila y Tiedra, extraordinario palacio renacentista recientemente restaurado y dedicado a la hostelería.

Palacio de la Marquesa de Cartago. Foto: J.A. Padilla

Tal colección de edificios y monumentos nos oblige a una visita sosegada, teniendo en cuenta que el centro histórico de Ciudad Rodrigo no es muy grande, lo que facilita la visita de todos ellos. Teniendo en cuenta, además, que en nuestro camino iremos encontrando un gran número de casonas, conventos e iglesias, que completan el catálogo monumental de una ciudad monumental.

Casa de los Vázquez. Foto: J.A. Padilla
Casa de los Vázquez. Foto: J.A. Padilla

Volvamos a la Plaza Mayor y detengámonos en el singular edificio el Ayuntamiento, un edificio levantado en dos épocas, en la primera mitad del siglo XVI el cuerpo frontal; y en el año 1923 la parte lateral. Está formado por dos torrecillas, con un pórtico y galería de arcos  sobre columna con capitel plateresco. Destacan en la torre de la izquierda tres blasones.

Ayuntamiento. Foto: J.A. Padilla

Nuestra visita a Ciudad Rodrigo la concluiremos haciendo mención a su monumento más importante: el castillo de Enrique II de Trastámara, actual Parador Nacional,  una fortaleza del siglo XIV que, sin embargo, fue mandado construir inicialmente por Fernando II de León. Posteriormente, en 1372,  sería reconstruido por Enrique II de Trastámara. La fortaleza se desarrolla en torno a la torre del homenaje,  una torre cuadrada de 17 metros de lado. En torno a esta torre, se desarrolla un muro con dos pequeñas torres cuadradas en sus extremos. El castillo se encuentra situado en lo más alto de la ciudad amurallada dominando la llanura sobre la que discurre el río Águeda y defendiendo la entrada del puente.

Castillo. Foto: J.A. Padilla

Si tenemos suerte, al atardecer podremos ver los hermosos atardeceres que nos proporcionan los miradores de Ciudad Rodrigo. Tras un día de contemplar las maravillas de la ciudad, el ocaso nos ofrece una más, como un homenaje a una ciudad amenazada por la historia través de las guerras pero que ha sabido mantenerse para las generaciones venideras.

Foto: J.A. Padilla