El Códice Madrid

El Códice Tro-Cortesiano, Codex Tro-Cortesianus o Códice Madrid es un códice maya cuyo original se encuentra en el Museo de América de Madrid, si bien el ejemplar que se encuentra expuesto es un facsímil del original. El códice es un manuscrito mesoamericano precolombino que trata de las prácticas y creencias culturales indígenas.

En la segunda mitad del siglo XIX se localizaron dos fragmentos separados. Cuando se estudiaron ambos fragmentos, se descubrió que formaban parte del mismo libro. El primero es el llamado Códice Troano y mide 4,60 metros de longitud; mientras el segundo es conocido como Códice Cortesiano, y mide 2,38 metros. La unión de ambos se llama Códice tro-cortesiano y tiene una longitud total de casi siete metros, ya que es una larga tira fabricada de fibras vegetales y recubiertas con un ligero estuco de cal. Es uno de los cuatro únicos códices mayas prehispánicos que se conservan- Los otros tres  se encuentran en México, París y Dresde.

El códice data de principios del siglo XVI, durante la época de la conquista española del Imperio azteca y se compone de páginas, las cuales contienen ilustraciones acompañadas de textos jeroglíficos que describen, desde rituales y ceremonias religiosas, así como rituales de sacrificio, hasta conceptos cosmológicos y sobre los cuerpos celestes y las constelaciones. Contiene, además, calendarios que marcaban las fechas relativas a las cosechas y a las ceremonias y aspectos de la vida social, relatos míticos e históricos e, incluso, prácticas adivinatorias, con imágenes y grabados de  chamanes y adivinos interpretando presagios y prediciendo el futuro. Las ilustraciones del Códice Cortesiano se caracterizan por la minuciosidad de sus detalles y el color de las imágenes. Los textos jeroglíficos están escritos en alfabeto indígena y proporcionan explicaciones sobre las imágenes.

El códice es un libro maya fabricado de hojas vegetales, doblado como biombo, recubierto con una capa blanca de calcita y cuidadosamente pintado. El sistema de escritura, por lo tanto, es el maya, que se desarrolló a finales del siglo III de nuestra era, y que continuó hasta el siglo XVI, en un territorio que comprende los estado mexicanos de Campeche, Yucatán, Tabasco y Chiapas, así como Belice, Guatemala y parte de Honduras y El Salvador.

El Códice Tro-cortesiano, también conocido como Códice Madrid es un libro adivinatorio, en forma de almanaque que contenía los augurios de cada uno de los días del calendario sagrado que los mayas consideraban de 260 días, con textos jeroglíficos e imágenes de dioses.

El códice contiene diversos temas, que van desde la cacería de venados hasta las lluvias y las cosechas. Era un libro en el que los sacerdotes contestaban las preguntas concretas que los consultantes les hacían, para conocer las diversas acciones que debían realizar en relación con temas como las siembras, la apicultura y otros asuntos de la vida cotidiana.

Sin duda alguna, el Códice Madrid es uno de los libros más valiosos del mundo maya. Son libros muy frágiles y estaban pensados para mantenerse cerrados, guardados y para que únicamente pudieran consultarlos aquellos que conocían sus signos y símbolos y solo cuando era necesario hacerlo, después de hacerles diferentes rituales.

Entre las deidades más comúnmente representadas en el Códice de Madrid, se destacan: Itzamná, considerado por los mayas como el Dios Creador, así como su contrario, el Dios de la Muerte y el Señor del Inframundo, Kimil. También es representado en forma frecuente el Dios de la Lluvia, Cháak. Así, la imagen superior corresponde a la página 24 y es un almanaque en los que los dioses Cháak e Itzamná agarran una planta de tallo azul y hojas de color marrón rojizo que brotan de un glifo que representa a la Tierra.

A lo largo del códice están presentes también varias deidades menores en el Códice: K’in Ahaw, Dios del Sol, quien está asociado tanto con la Esfera Celeste como con el Inframundo, ya que se piensa que el Sol está en el Inframundo cuando muere cada noche, antes de que renazca el amanecer siguiente; K’awil, Dios del Relámpago; Pawahtun, Dios Anciano, que a veces adquiere un aspecto animal; Chak Chel, la Abuela Creadora; los Señores del Inframundo Kisin y Ah Kam o Akan.

En este grabado vemos representados, en la parte superior cuatro deidades. Tres de ellas sostienen vasijas con agua que vacían sobre sus cabezas. los dioses son Itzamná, Nk, dios de la Flor; el dios de la Muerte y Cháak. Representan los cuatro puntos cardinales: norte, sur, este y oeste, de izquierda a derecha.

De los aproximadamente 250 almanaques del Códice de Madrid, sólo 36 carecen completamente de un texto jeroglífico, aunque en algunos casos, el se compone únicamente de glifos (símbolos gráficos) alrededor de una imagen central. Su interpretación constituye aún en día, en un reto para los investigadores y arqueólogos por la información que contiene sobre una sociedad con muchos aspectos desconocidos.