La última Cena. Da Vinci

MUSEO VIRTUAL – PASAJERO 56

LA ÚLTIMA CENA. Leonardo da Vinci. Convento de Santa Maria delle Grazie. Milán

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La última cena, conocida también como Il cenacolo es una pintura mural original de Leonardo da Vinci realizada entre 1495 y 1498, y que se encuentra en una pared del refectorio del convento de Santa Maria delle Grazie, en Milán El mural fue encargado por la familia Sforza y está ejecutado al temple y óleo, midiendo 460 cm de alto por 880 cm de ancho. Se considera La última cena como una de las mejores obras pictóricas del mundo.

Leonardo da Vinci elige, probablemente, el momento más dramático de los últimos días de la vida de Jesús de Nazaret según narra el Nuevo Testamento. La pintura está basada en el Evangelio de San Juan, en la cual Jesús anuncia, en ese preciso momento, que uno de sus doce discípulos le traicionará. En efecto, la afirmación de Jesús “uno de vosotros me traicionará” causa consternación en los doce discípulos de Jesús, y ese es el momento se produce, en cada uno de ellos, distintas reacciones individualizadas. Unos se asombran y muestran sorpresa, otros se levantan porque no han oído bien, otros se espantan, y, finalmente, Judas, quien finalmente le traicionará, retrocede al sentirse aludido.

Leonardo hace una visión nueva de la escena. La mesa con los trece personajes se enmarca en una arquitectura clásica de manera que parece ampliar el espacio del refectorio como si fuera un trampantojo y el monumental formato de las figuras. Ello se logra a través de la representación del pavimento, de la mesa, los tapices laterales, las tres ventanas del fondo o, en fin, los casetones del techo. Esta construcción en perspectiva es lo más destacado del cuadro. Por otra parte, la tradición cristiana acostumbraba a representar esta escena situando a Jesús en el centro rodeado por Pedro y Juan. Da Vinci prescinde los halos sobre las cabezas de los personajes, y del propio Jesús, para dar un sentido más humano al cuadro. Tampoco se aprecia el cáliz tradicional de muchas representaciones, pues la escena muestra justo el momento del anuncio de la traición.

La escena parece estar bañada por la luz de las tres ventanas del fondo, en las que aparece un cielo crepuscular, Los doce Apóstoles están distribuidos en cuatro grupos de tres. De izquierda a derecha, en el segundo grupo se encuentra Judas. El tercer grupo está formado aquellos que se muestran más próximos a Jesús y representa el amor, la belleza, la esencia de Dios. En el centro se encuentra Cristo relativamente aislado. De izquierda a derecha se encuentran todos los apóstoles: Bartolomé, Santiago el Menor y Andrés en el primer grupo; en el segundo Judas Iscariote con pelo y barba negra, Simón Pedro y Juan, el único imberbe del grupo; luego, Cristo en el centro; Tomás, Santiago el Mayor y Felipe, también sin barba en el tercer grupo; Mateo, aparentemente sin barba o, Judas Tadeo y Simón Zelote cerrando el grupo y la mesa. Cada uno de ellos muestra un gesto que le define tras el anuncio de Jesús. Así, el primer grupo se muestra sorprendidos ante el anuncio del Maestro

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En el segundo grupo, ya de manera individualizada, Simón Pedro muestra enojo; Juan, tristeza y Judas, sorpresa por sentirse descubierto su plan. El tercer grupo, al otro lado de Jesús, se dirigen a este con incredulidad y preguntándole. El cuarto grupo, los tres discípulos dialogan intentando encontrar un sentido al anuncio de Jesús. En este cuarto grupo de tres se observa a Platón, Ficino y quizá al propio Leonardo manteniendo ese diálogo filosófico. En la obra también se puede notar que entre Pedro Simón y Judas Iscariote se ve una mano, parece que de Pedro, sosteniendo un cuchillo. Todas las identificaciones provienen de un manuscrito autógrafo de Leonardo hallado en el siglo XIX.

La aparición de este cuadro en la obra “El código da Vinci” ha provocado el interés de muchos historiadores, investigadores y novelistas por los supuestos misterios y enigmas que rodean a este cuadro. El código Da Vinci de Dan Brown afirma, por ejemplo, que la figura a la derecha de Jesús no es el apóstol Juan, sino una figura femenina que podría ser María Magdalena.

Se puede considerar un auténtico milagro que esta obra aún se pueda disfrutar. las tropas de Napoleón utilizaron la pared del refectorio para realizar prácticas de tiro y durante la segunda guerra mundial, en 1943, los bombardeos arrancaron el techo dejando la pintura a la intemperie durante varios años.