Guadalupe

Foto: J.A.Padilla

En medio de la comarca de las Villuercas se encuentra una típica villa serrana, declarada conjunto histórico-artístico, que surgió al abrigo del Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993, el cual fue mandado construir en el siglo XIV por el rey Alfonso XI de Castilla, en agradecimiento a la Virgen tras su victoria en la batalla del Salado, en 1340. Ya desde su fundación, se convirtió en uno de los principales centros de peregrinación de la Península Ibérica, al que acudía con frecuencia la reina Isabel la Católica. En efecto, está documentado menos 17 visitas de la reina al Monasterio por lo que existen muchos episodios de esta entre los muros del monasterio.

Pila Bautismal. Foto: J.A. Padilla

La villa de Guadalupe está vinculada también con Cristóbal Colón, ya que este vino al Monasterio antes y después del descubrimiento de América para visitar a la Reina. Frente a la fachada del monasterio se conserva la pila donde fueron bautizados los primeros indios americanos en Europa.

Foto: J.A. Padilla

Así, el monumento más importante de Guadalupe es el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, un impresionante edifico de estilo mudéjar y lo gótico, entre otros estilos, entre cuyas paredes, además de mucha historia, se guardan importantes libros, bordados, relicarios, orfebrería y obras de pintores como Francisco de Zurbarán, El Greco, Francisco de Goya, Juan de Flandes o Juan Correa de Vivar.

Claustro y Templete del Monasterio. Foto: J.A. Padilla

En su interior es recomendable visitar sus diferentes dependencias, y especialmente la iglesia de Nuestra Señora y su bellísimo retablo y el claustro mudéjar con su templete en el centro. También debemos visitar el claustro gótico, la sacristía, la sala capitular, el camarín de la Virgen y su museo de Esculturas y Pinturas, situado en la antigua repostería del monasterio. El monasterio posee una interesante colección de Libros Miniados, en la antigua sala capitular y una colección de cantorales con decenas de libros de grandes dimensiones y comprende obras producidas desde finales del siglo XIV y XVI hasta el XVII. El museo de Bordados esta ubicado en el antiguo refectorio de los Jerónimos, inaugurado en 1928 por el rey Alfonso XIII. El monasterio es, pues, un enorme museo, único en España.

Foto: J.A.Padilla

Además del Real Monasterio, esta Guadalupe cuenta con un interesante casco histórico cuyo origen se remonta a los siglos XIV y XVI, en el que destacan los soportales, los balcones y las plazas.

Plaza del Monasterio de Guadalupe. Foto: J.A. Padilla

Algunos de sus rincones más bonitos son la plaza de Santa María de Guadalupe, el Colegio de Infantes o de Gramática, que hoy es Parador de Turismo, o el conjunto de hospitales, algunos de los cuales forman parte de las dependencias del monasterio.

Foto: J.A. Padilla

Otros lugares para visitar son la iglesia barroca de la Santa Trinidad, la plazuela y la fuente de los Tres Chorros, la antigua judería y la calle Sevilla.

Fuente de los Tres Chorros. Foto: J.A. Padilla

El origen de la villa está ligada al origen del Monasterio. Y el origen este está ligado a la leyenda de la Virgen de Guadalupe, que es la Patrona de Extremadura y, desde 1928, Reina de las Españas.

Casa de Gil Cordero. Foto: J.A. Padilla

La leyenda cuenta que, en plena invasión árabe, allá por el siglo VIII, una imagen de la Virgen junto con otras reliquias fueron escondidas por unos monjes junto al río Guadalupe. Siglos más tarde, a finales del XIII, cuando la zona vuelve a dominio cristiano, un pastor llamado Gil Cordero encuentra la imagen de la Virgen. A partir de ese momento, el lugar se convierte en un centro de peregrinación más importante de Europa.

Antiguo hospital de peregrinos. Foto: J.A. Padilla

Hoy, Guadalupe y su Monasterio son una visita obligada. El Monasterio por su interés histórico por las obras que forman parte de sus museos. La villa porque, sin duda alguna, es una de las más hermosas de Extremadura y pasear entre sus calles es un ejercicio muy placentero. Eso sin mencionar la oferta de sus quesos y morcillas, pocos compatibles con dietas, pero muy compatible con el buen gusto.

Foto: J.A. Padilla