El beso. Klimt

MUSEO VIRTUAL – PASAJERO 56

EL BESO. Gustav Klimt. Galería Belvedere. Viena

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El beso (en alemán, Der Kuss) es una obra del pintor austríaco Gustav Klimt y es su obra más conocida. Es un óleo con laminillas de oro y estaño sobre lienzo de 180 x 180 centímetros, realizado en 1907. A pesar de que Kilint era muy criticado por su obra, siendo incluso calificado como pornográfico y pervertido, “El beso” tuvo un gran éxito desde el principio.

El cuadro representa a una pareja abrazada en la intimidad y encerrada en si mismos rodeados de un fondo neutro e inexpresivo, para que los dos personajes atraigan toda la atención del espectador. El fondo está pintado con hoja de oro, similar a la técnica empleada en el medievo en los manuscritos miniados y mosaicos.

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Las dos figuras se encuentran sobre un prado florido. El hombre lleva una túnica con rectángulos en blanco y negro colocados en la hoja de oro decorada con espirales. Lleva una corona de vides mientras que la mujer lleva un vestido estampado con flores y motivos ovalados. Su cabello está salpicado de flores y el vestido hace un halo circular que resalta su rostro. Los dos amantes se besan entre esa lluvia de oro que los rodea y una naturaleza que los cubre de arriba a abajo. El fondo del cuadro da la sensación de atemporalidad y crea el efecto de que ambos amantes flotan sobre él. La decoración de las túnicas es diferente entre ambos. La del hombre es como ajedrezada, en blanco y negro para el hombre, mientras que la de la mujer está formada por círculos de colores y flores. Las túnicas, del mismo color, encierran a ambos en un único universo. En cuanto a la luz que observamos en el cuadro, esta queda delimitada por tres espacios diferentes: los colores cálidos, como dorados y anaranjados se encuentran en la pareja, enmarcados con la aureola dorada de las túnicas. Destaca el contraste existente entre los personajes y el resto del cuadro, escaso en los personajes y más saturado y brillante en el resto.

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El color marrón que los rodea representa a la tierra, mientras el césped es verde y representa la naturaleza, mientras las flores se identifican con el misticismo. El ambiente que rodea a la pareja crea una atmósfera indeterminada y atemporal y la profundidad del cuadro se consigue con el contraste entre los colores cálidos y fríos. En esta escena, bidimensional, ambos personajes se encuentran arrodillados. El hombre presenta una composición rectangular y la mujer, triangular, lo que diferencia a ambos: el símbolo fálico, en el hombre; y el útero, en la mujer.

El cabello del hombre está decorado con hojas de vid, lo que demostraría que Klint pudo recrear en El beso el mito de Apolo y Dafne, una historia de amor no correspondido. El mito cuanta que, tras burlarse Apolo de Eros, este lanzó una flecha de oro al corazón de Apolo para que quedara enamorado de la primera mujer que viera y que resultó ser la ninfa Dafne, hija de la diosa Tierra. Al mismo tiempo, Eros clavó otra flecha, pero esta vez de plomo, en el corazón de la ninfa, para que esta sintiera un rechazo total por Apolo. Por ello, Dafne huyó de Apolo, pero este la alcanzó. La joven pidió a su madre Tierra que la salvara. Cuando Apolo estaba a punto de alcanzarla, Dafne se quedó paralizada, los pies se cubrieron de tierra mientras se convertían en raíces, su cuerpo se cubrió de corteza y de sus brazos empezaron a salir ramas, convirtiéndose en un laurel. Apolo la alcanzó y se abrazó a ella, ahora ya como árbol, y juró que no se separarían jamás. Fue entonces cuando arrancó unas hojas de su amada ninfa y se las colocó alrededor de su cabeza. En El beso, Klint sustituye las hojas de laured por la de vid.

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Klimt era un pintor simbolista, quedando por ello los caracteres representativos de Apolo y Dafne ocultos y velados. El beso nos muestra el cabello de él con hojas de laurel, como si de Apolo se tratase y ella con la pasividad de un ser vegetal, atrapada por la vegetación en piernas y pies. Klimt estaría así reinterpretando el mito. Sea cual sea la interpretación de esta obra de Klimt pinto el beso más icónico de la historia del arte.