Entrando desde la calle Mayor nos sorprende la extraordinaria riqueza monumental que nos aguarda en esta Plaza. Frente a nosotros se elevan las dos torres que, de inmediato, atraen nuestra mirada. Dos torres casi gemelas: la del Tardón y la Trinidad. Luego, recorremos el resto de los magníficos monumentos que la componen: las lonjas del Corregidor o de Santo Domingo, los palacios de la Regatería o del Pósito y el de la Aduana o del Alhorí.
Esta plaza es producto del auge cultural y artístico que se produjo en el siglo XVI, que ya hemos podido observar en algunos de los palacios que hemos visto a lo largo de la calle Mayor. La plaza fue construida como mercado y es un extraordinario ejemplo del renacimiento. De planta rectangular y piso empedrado, está rodeada de la Iglesia de la Santísima Trinidad y Santa María, iglesia de estilo gótico y renacentista data de los siglos XIV y XV, formada por la unión de la Santísima Trinidad y la primitiva de Santa María. Adosada a ella se alza la Torre de la Trinidad, una de las dos torres que caracterizan a esta ciudad. Junto a ella se levanta la Torre del Tardón que forma parte de la Lonja de Santo Domingo, la cual tiene cinco arcos, y una galería superior con un enorme escudo de Felipe II.
A la derecha desde la calle Real, se encuentra la Lonja de la Regatería o del Corregidor. Este edificio se encuentra unido por el Arco de la Alpargatería con la Lonja del Alhorí, actual Ayuntamiento.
La Torre del Tardón, conocida también como torre del Concejo o torre del Reloj, fue levantada en 1555 con un estilo gótico-renacentista. Su nombre, según la tradición, se debe a que su campana sonaba sólo en actos de solemnidad o toques de alarma.
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