Los tapices del Alcázar de Sevilla

El 2 de marzo de 1535, el emperador Carlos V embarca en Barcelona con destino a Túnez capitaneando la flota española para enfrentarse a Barbarroja. El emperador formaba parte de esta expedición a pesar de que sus ministros le habían recomendado que no fuera él en persona, considerado un acto de heroicidad innecesario. En realidad, a los cortesanos tampoco les apetecía tener que abandonar la corte para ir a la guerra. Pero el emperador era un hombre muy seguro de si mismo y convencido de que él mismo tenía que acudir a aquella guerra cuyo objetivo era recuperar la influencia de la Monarquía Hispánica que ahora intentaba amenazar el caudillo otomano al conquistar Túnez.

Ya desde un año antes, Barbarroja asediaba los puertos del Mediterráneo, lo que provocaba el abandono de estos puertos y la necesidad de construir líneas de defensa y construir barcos encomendados para protegerlos. Ahora, el emperador Carlos había conseguido reunir una importante flota y hombres desde todos los lugares donde reinaba, por aquel entonces toda la Cristiandad. Así, desde Alemania, Italia y España se acudió a la llamada del emperador. Desde Flandes zarpaban navíos cuyos remeros estaban formados por prisioneros protestantes con grilletes condenados a remar en las galeras de Alemania, El capitán Andrea Doria reunió su flota de galeras en Barcelona; Álvaro de Bazán hizo lo mismo desde Málaga; los Caballeros de San Juan desde Malta; los portugueses enviaron 23 carabelas y el Papa financió el reclutamiento de un batallón. El coste de la flota española se financió gracias al oro que Francisco Pizarro consiguió del rescate de Atahualpa.

El 14 de junio las naves imperiales pondrán sitio al puerto de La Goleta, puerta de entrada al puerto de Túnez, la cual caerá tras 28 días de combates, el 14 de julio de 1535. Desde allí se dirigirán a Túnez, que cae el 21 de julio, gracias a los más de cinco mil cautivos cristianos que se encontraban en la alcazaba. Carlos I entra victorioso en la ciudad a la cabeza de los tercios, mientras Barbarroja se ve obligado a huir. Según las crónicas, el propio emperador Carlos I luchó en primera línea, desafiando el peligro de la batalla y su victoria fue celebrada en todos sus reinos.

Evidentemente, el Emperador aprovechó aquella victoria para su gloria. Entre los que le acompañaron a Túnez se encontraba el pintor flamenco Juan Vermeyen, con la misión de inmortalizar aquel acontecimiento. Este pintor fue realizando apuntes al natural que posteriormente le servirían para realizar los cartones de los tapices. Los paños se realizaron en el más prestigioso taller de Bruselas, el de Willem de Pannemaker por encargo de María de Hungría, hermana de Carlos en 1546. Todos ellos describirán, con gran lujo de detalle la conquista de Carlos I de Túnez en 1535, que hoy pueden contemplarse en el Alcázar de Sevilla. Esta colección podemos admirar en la llamada Sala de Tapices, ubicada frente al Patio del Crucero, que se reconstruyó después del terremoto de Lisboa de 1755.

Son seis los tapices, si bien los que aquí se encuentran no son los originales. La colección original estuvo expuesta en Londres en 1554, con motivo del matrimonio entre el príncipe heredero Felipe, posterior rey Felipe II) y la reina inglesa María Tudor, posteriormente conocida como Bloody Mary, o María la Sanguinaria). En el siglo XVIII los originales estaban tan dañados que Felipe V encargó en 1740 las copias en seda y lana que ahora se exponen.

Nuestra colección la comenzaremos con un gran tapiz que cuelga de una de las paredes laterales de la sala, en la que se ve el mapa de la Península Ibérica al revés, con el Mar Mediterráneo y el Levante a la izquierda y Galicia y Portugal a la derecha. El texto, situado en la esquina inferior del mismo nos explica la razón de ello. El tapiz nos muestra la salida de la flota española hacia Túnez  desde Barcelona y pone a España boca abajo y a Túnez arriba dejando el centro para explicar el viaje marítimo:

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El siguiente tapíz describe la toma de La Goleta por parte de las tropas imperiales, por lo que se llama “Sitio de La Goleta”:

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En la parte inferior del mismo vemos el reembarque del ejército en la goleta (de rojo), mientras que en la parte superior, las tropas cristianas atacan el fuerte.

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El resto de tapices nos muestra diversas escenas sobre la conquista de Túnez:

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La llegada de la flota a La Goleta:

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La lucha entre cristianos y sarracenos:

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