Capitolio de Toulouse

Plaza del Capitolio. Foto: J.A. Padilla

El Capitolio es el principal monumento civil de Toulouse, situado en el  lugar preferido   de reunión de los tolosanos, en la plaza del Capitolio. La fachada del edificio ocupa el lado este de la plaza. El edificio, de estilo neoclásico, fue levantado por Georges Cammas entre 1750 y 1760 y destaca por el característico color rosa que define a Toulouse, contrastando el rosa con el blanco de los pilares y columnas. Las ocho columnas que sostienen el frontón son alusión a los ocho Capitouls, o miembros del capítulo (consejo municipal) que representaban al ayuntamiento en los tiempos de construcción del edificio. Hoy el edificio alberga el Ayuntamiento, un teatro y un museo.

Foto: J.A. Padilla

Pero si por fuera el edificio del Capitolio impresiona, su interior nos fascina. Nada más entrar por la puerta que da a la plaza, nos encontramos en un gran patio, en cuyo frente se encuentra una estatua de Enrique IV de mármol verde, negro y blanco. Acercándonos todo lo más posible podemos observar que encima de la misma se encuentra el escudo de Navarra en los cuarteles primero y cuarto. La razón de ello es que en aquellos tiempos Francia y Navarra eran reinos unidos por un mismo rey.

Foto: J.A. Padilla

En el suelo, en el centro del patio, también podemos observar una placa de mármol de color oscuro que señala el lugar exacto donde fue decapitado en 1632 el duque de Montmorency, el cual fue uno de los nobles más poderosos de su tiempo. Como Gobernador de Languedoc, participó en un levantamiento contra el cardenal Richelieu llamando a la secesión de la región de Languedoc del reino de Francia. Fue vencido y herido en la batalla Castaldaunary, tras lo cual fue apresado y acusado de alta traición y condenado a muerte. La placa recuerda su figura. Pero no es el patio lo más importante del Capitolio. En realidad es el lugar de paso para acceder a las Salas de los Ilustres, donde se encuentra una magnífica colección de pintura, toda ella de artistas locales.

Los Juegos Florales. P.A.Laurens-Foto: J.A. Padilla

Y las grandes sorpresas no se hacen esperar demasiado. De inmediato accedemos a una magnífica escalera de mármol, construida a finales del siglo XVIII, en cuyo frente se encuentra el bellísimo fresco llamado La apoteosis de Clémence Isaure, o los Juegos florales, de P.A. Laurens.

Foto: J.A. Padilla

Clémence Isaure era una señora muy rica y muy generosa, que amaba poesía y letras hermosas y creó un premio cada 1 de mayo para los poetas que escribieron los poemas más bellos. El premio consistía en una violeta de oro fino. La violeta, flor típica de Toulouse, fue considerada como la flor soberana. El mural que tenemos ante nosotros es un homenaje del pintor local Paul Laurens a Isaure. Sin embargo, muchos eruditos sostienen que dicho premio fue instituido en realidad por varios notables de Toulousse unidos bajo una sociedad hermética llamada Sociedad de los mantenedores de Gay Savoir y lo crearon para todo aquel artista local que escribiera en la lengua de Oc. La sociedad transmitía una doctrina esotérica catara a través de la poesía en forma de símbolos escondidos en la misma. En el siglo XV, la Sociedad pasó a llamarse Academia de Juegos Florales, gozando de la protección de Clémence Isaure , quien legó a la Academia buena parte de su fortuna.

Detalle del cuadro. Foto: J.A. Padilla

Isaure murió soltera alrededor de 1500 a la edad de cincuenta años, siendo enterrada en 1557 bajo el altar de María, en la iglesia de la Daurade, junto al rio Garona.  Sin embargo, se sostiene que, en realidad, Clémence Isaure nunca existió y que ella es sólo fue una figura simbólica, ya que la Isis aurea («Isis dorée») enterrada en la Iglesia Dorada es una virgen traída por los cruzados desde Isauria, situada en Asia Menor, bajo el nombre de Lady Clemence. La sociedad secreta fue la inventora del mito para ocultar sus actividades y, sobre todo, la procedencia real del dinero, como una forma de eludir a la Inquisición.

Meditando lo justo sobre ello llegamos al final de la escalinata, donde nos esperan las salas nobles del Capitolio. No sin antes admirar las pinturas que acompañan nuestra subida y, especialmente el fresco pintado sobre el techo:

Foto: J.A. Padilla
Foto: J.A. Padilla
Foto: J.A. Padilla

Cuando llegamos a lo alto de la escalinata, vemos dos obras dedicadas a La Música y a la Poesía, de ambos frescos son autor  Paul Laurens:

La Música, de Paul Laurens. Foto: J.A. Padilla
La Poesía, de Paul Laurens. Foto: J.A. Padilla

 

SALA GERVAIS

Tras la gran escalera, encontramos la Sala Gervais, dedicada a ceremonias nupciales en sus inicios y, tal vez por ello, alberga las alegorías del amor pintadas por Paul-Jean Gervais. Las pinturas son de gran belleza. Paul-Jean-Louis Gervais nació el 7 de septiembre de 1859 en Toulouse y murió el 11 de marzo de 1944 en París. Las pinturas Gervais muestran seductoras y sensuales seductoras que representar el amor y las virtudes. A finales del siglo XIX Gervais fue un pintor de moda en la Francia de entonces.

En el fondo del salón podemos apreciar una de las mejores obras del pintor y del Capitolio: «El amor en la isla de Citera»:

El amor en la isla de Citera, de Paul Gervais. Foto: J.A. Padilla

El cuadro, de tipo impresionista, desborda grandes dosis de sensualidad. El cuadro es un canto al amor y muestra a cuatro parejas cortejándose. Una de las parejas está compuesta por dos mujeres. Gervais quiso incluir a la homosexualidad en su cuadro, a pesar de estar muy mal visto en aquella época. Pero Paul Gervais era un pintor dispuesto a romper muchas reglas, entre ellas, las sociales. La obra incluye también mucho simbolismo, como la fuente dedicada a Venus en el fondo, o los cisnes que nadan en el estanque o las figuras del fondo del cuadro. Hay que recordar que en el siglo XVIII la isla de Cítera fue considerada como un oasis de libertad y de paraíso del amor. No en vano la mitología dice que Venus, o Afrodita, nació en este lugar.

La Fuente de la Juventud:

La Fuente de la Juventud, de Paul Gervais. Foto: J.A. Padilla

En este cuadro, Gervais vuelve a describir el mito de la fuente de la juventud, ya que las tres mujeres que aparecen en el cuadro, junto a la fuente, están representadas a los 20 años, 40 años y 60 años.

 Sin duda alguna, una de las más enigmáticas e impresionantes de sus obras lo constituye el titulado «La Ley, la Verdad y la Justicia”:

La Ley, la Verdad y la Justicia, de Paul Gervais. Foto: J.A. Padilla

En él vemos a tres damas que representan a los tres pilares fundamentales de la sociedad que son reclamadas por el pueblo desnudo de forma desesperada. Las tres damas parecen no escucharles mientras un caballero armado, vestido con su armadura negra,  que representa la tiranía, amenaza al pueblo con su espada, evitando que estos obtengan lo que reclaman.

«Amour source heureuse de vie»:

Amour source heureuse de vie, de Paul Gervais. Foto: J.A. Padilla

Traducido como «El amor feliz y la fuente de la vida» es otro de los cuadros importantes de Gervais, Aquí de nuevo trata e amor con una dosis de simbolismo propia del pinto, al incluir a un perro, como símbolo de fidelidad.

Junto a Paul Gervais podemos observar otras obras correspondientes a artistas tolosanos, como Antonin Mercir y su Oeuvre inachevee:

Obra inacabada, de Antonin Mercie. Foto: J.A. Padilla

 

Eduard Febat-Ponsan y su obra Le Cardinal Lomania de Brienne:

Le Cardinal Lomania de Brienne, de Febat Porsan. Foto: J.A. Padilla

Febat-Ponsan nació en Toulouse el 25 de abril de 1847. Se formó  en la Escuela de las Bellas Artes de Toulouse, en la que ingresó en 1861. Se hizo famoso por pintar numerosos retratos de personajes poderosos y políticos notables, así como escenas históricas, aunque sus mejores obras son escenas de la vida campestre de su región natal, realizadas con un auténtico e idealizado realismo.

La sala incluye en su techo unos frescos, también relacionados con el amor:

Foto: J.A. Padilla
Foto: J.A. Padilla

 

SALA HENRI MARTIN:

A continuación  encontramos la sala dedicada a Henri Martín, que nació en Toulouse el 5 de agosto de 1860 y fue un pintor francés postimpresionista. Henri Martin desarrolló su obra incluyendo temas llenos de simbolismo, con figuras de actitudes misteriosas y paisajes caracterizados por su atmósfera secreta, con un aura espiritual y sereno con un marcado aire alegórico.

Los soñadores, de Henry Martin. Foto: J.A. Padilla

La sala está decorada con grandes cuadros de este pintor que muestran la ribera del río Garona, lugar muy concurrido por los tolosanos. La serie lleva el título general de «Les Bords de la Garonne» o «Las orillas del Garona». Entre estos cuadros destaca el llamado “Los Soñadores”, donde podemos ver al autor paseando junto a otras personalidades de la época junto al río. Henri-Martín es el personaje con sombrero canotier y abrigo beige. En este cuadro vemos representada a la otra orilla del río Garona la iglesia de la Daurade, con su fachada neoclásica a modo de templo romano (arriba, a la derecha).

Otro cuadro junto al río Garona: «Les Bords de la Garonne. El Poeta«:

El poeta, de Henri Martin. Foto: J.A. Padilla

«Les Bords de la Garonne. Los Amantes»:

Los Amantes, de Henri Martin. Foto: J.A. Padilla

«Les Bords de la Garonne. El Puente de Sant Pierre»:

El Puente de Sant Pierre, de Henri Martin. Foto: J.A. Padilla

Continuamos con otro cuadro de Henri Martín de su serie junto al río Garona: «Le Pont Neuf. La Dalbade»:

Foto: J.A. Padilla

El siguiente cuadro, de parecidas dimensiones al de «Los soñadores» y situado frente a él, pertenece  la serie dedicada por el pintor a las estaciones. Se trata del llamado «El Verano» («L´ete)» o «Los segadores»:

El Verano, de Henri Martin. Foto: J.A. Padilla

El cuadro refleja las actividades cotidianas propias de la época estival, desde el trabajo en el campo hasta los juegos de las niñas, todo ello al final de la tarde para evitar el fuerte calor, tal y como se aprecia por la luz del cuadro, magistralmente reflejada por el artista.

«El Otoño»:

El Otoño, de Henri Martin. Foto: J.A. Padilla

«El Invierno»:

El Invierno, de Henri Martin. Foto: J.A. Padilla

Hemos hablado en el inicio de esta entrada de la sociedad secreta llamada «Gay Savoir», llamada también «Academia de los Juegos Florales». El pinto hace un homenaje a esta sociedad, creando un cuadro cargado de simbolismo, llamado «Los poetas de Gay Savoir«:

Los poetas de Gay Savoir, de Henri Martin. Foto: J.A. Padill

 

SALA DE LOS ILUSTRES:

Finalmente, encontramos la Sala de los Ilustres, lugar donde actualmente se celebran las bodas civiles. Es una sala magestuosa y profundamente decorada con esculturas de artistas locales. Los temas de las pinturas están relacionados con la épica y la historia de la ciudad.

Detalle de la sala. Foto: J.A. Padilla

Los fondos de ambas salas contienen dos murales que llaman la atención por su técnica y temática. Así el lado este corresponde a un grabado que muestra La entrada del Papa Urbano II en Toulouse en 1096 (foto superior),  obra de Benjamín Constant, de la que abajo vemos en detalle:

La entrada del Papa Urbano II en Toulouse en 1096, de Benjamín Constant. Foto: J.A. Padilla
La entrada del Papa Urbano II en Toulouse en 1096, de Benjamín Constant. Foto: J.A. Padilla

En el lado oeste de la sala, se aprecia La defensa de Toulouse contra Simon de Monfort, por JP Laurens:

La defensa de Toulouse contra Simon de Monfort, de JP. Laurens. Foto: J.A. Padilla

de la cual vemos en detalle:

Foto: J.A. Padilla

No son las únicas sorpresas. En el centro de la sala contemplamos un fresco pintado en el techo donde vemos una alegoría donde Francia es armada por el Pueblo, que le acerca una espada y es conducida a la batalla por la alegoría de la Guerra. En un carro tirado por dos leones, la figura alegórica de la República se está preparando para recibir la espada que le fue entregada de la ciudad de Toulouse.   La obra es del artista local Jean Andre Rixens:

Foto: J.A. Padilla

De la que vemos en detalle:

Foto: J.A. Padilla

En el techo de la sala también podemos encontrar otros frescos, igualmente con tema épico:

Foto: J.A. Padilla

Además, en la sala se incluyen obras del artista local Destrem, como Minerva vaillant sur Toulouse (Minerva vigila en sur de Toulouse):

Minerva vaillant sur Toulouse, de Destrem. Foto J.A. Padilla

o La poesie rencontre Toulouse et se fixe chez elle (La poesía encuentra Toulouse y se fija en ella:

La poesie rencontre Toulouse et se fixe chez elle, de Destrem. Foto: J.A. Padilla

o la magnífica obra de E. Yarz, Toulouse vue des coteaux voisins:

Toulouse vue des coteaux voisins, de E. Yarz. Foto: J.A. Padilla

De la que vemos en detalle la ciudad de Toulouse al fondo:

Foto: J.A. Padilla

Y terminamos nuestra visita en esta sala con el delicado cuadro de Henry Rachou, La Belle Paule:

La belle Paule, de Henry Rachou. Foto: J.A. Padilla

Para finalizar nuestra visita, contemplamos el tapiz de Paul Laurens, Le Tournoi (El Torneo):

Le Tournoi, de Paul Laurens. Foto: J.A. Padilla

que ustedes la hayan disfrutado.