Sin duda alguna, la Plaza Mayor de Sigüenza es una de las plazas más bonitas de España. Y esta afirmación no es baladí. Ni siquiera en un país donde existen plazas mayores de gran belleza. Pero esta es tan hermosa que unos americanos quedaron tan impresionados que quisieron comprarla para llevársela piedra a piedra a Estados Unidos.
Según bajamos por la empinada calle de los Mártires divisamos a lo lejos la imponente mole de la catedral, que cierra la plaza por el lado sur. No nos llevará mucho tiempo llegar hasta ella, pues la cuesta, al ser hacia abajo, no presenta dificultad.
Finalmente la calle se abre a la imponente plaza. Presidida por el edificio del Ayuntamiento y abriéndose desde él la doble balconada y los soportales que permiten guarecerse de la lluvia. La construcción de la plaza se la debemos al cardenal Mendoza, miembro de una de las familias más poderosas del señorío de Guadalajara, y de toda España, el cual decidió construirla en el siglo XVI, dando paso a la época renacentista.
Para ello, en el siglo anterior, el cardenal ordenó el derribo de la muralla que rodeaba la ciudad en este lugar, creando un espacio rectangular diáfano junto a la Catedral. En este lugar quería situar el cardenal el punto neurálgico de la ciudad, creando un lugar abierto donde celebrar el mercado y toda clase de espectáculos. De este modo se diseña una de las más bellas plazas castellanas, la Plaza Mayor de Sigüenza. En el lado principal se levantó una galería porticada que llega hasta la Puerta del Toril. Sobre la galería se edificaron casas para el Cabildo que se adornan con escudos. Al otro lado tenemos de la plaza estaban las casas de nobles: la casa del Mirador y la casa de la Contaduría erigida por el Cardenal Mendoza a fines del siglo XV. Por el Norte la plaza limita con la Catedral, donde se abrió la denominada puerta del mercado. Por el Sur se eleva el Palacio de los Deanes, con doble hilera de arcos y galería, convertido en sede actual del Ayuntamiento.
PASAJERO 56 
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