Orgaz

Foto: J.A. Padilla
Arco de San José. Foto: J.A.Padilla

Paseamos por la villa toledana de Orgaz esperando encontrarnos, en cualquier momento, con algún jugar medieval o algunos titiriteros que viajaban antiguamente de pueblo en pueblo contando algunas de las leyendas propias de esta comarca.

Calle Real. Foto: J.A. Padilla

Ya desde que atravesamos sus puertas de entradas, el Arco de San José o el Arco de Belén, tenemos la sensación de traspasar un túnel del tiempo, de viajar a la edad media. Su casco antiguo está lleno de casas señoriales, como la casa de Calderón de la Barca o la del Vínculo de las Cadenas.

De inmediato nos encontramos con la Iglesia de Santo Tomás Apóstol, de Alberto de Churriguera, que vino a Orgaz donde muere antes de acabar la iglesia. Su construcción interrumpida numerosas veces finaliza en el año 1763.

Castillo. Foto: J.A. Padilla

O con el Castillo de los Condes de Orgaz, del siglo XIV, un bello ejemplo de fortaleza residencial y de magnífica conservación. Es de planta rectangular y terminado en elegantes almenas con garitas voladizas en la esquinas. La Torre del Homenaje tiene un ábside semicircular correspondiente a una capilla que rompe la estructura rectilínea del conjunto. Fue construida por orden de Don Pérez Guzmán, Señor de Orgaz. Durante la guerra de las Comunidades fue utilizado por los vecinos de la villa, partidarios de los comuneros, como refugio, siendo incendiado por las tropas de Carlos I.

Puente de los cinco ojos. Foto: J.A. Padilla

Fuera del recinto urbano nos encontramos con el Puente de los Cinco ojos, cruza el río Riansares con sus arcos de medio punto fabricados con sillares de roca granítica labrada. Su calzada está resguardada entre pretiles que guardan también la leyenda de que Calos III lo mandó construir al no poder cruzar el arroyo que venía crecido.

Castillo. Foto: J.A.Padilla

Geográficamente, la villa de Orgaz pertenece a la comarca de los Montes de Toledo, situado en una cañada al pie de la sierra de Yébenes, extendiéndose desde La Mancha a La Jara. Al parecer Ptolomeo menciona a esta villa con el nombre de Bernices. Perteneció al condado de Orgaz, cuyo título se dice que lo obtuvo El Cid al desposarse en Burgos con doña Jimena. Aparece citada por primera vez en un escrito de 1183 al hacerse alusión al puerto de Orgaz.

Orgaz ha sido una población fundamentalmente agrícola, si bien aquí existieron dos fábricas de paños, once de aguardiente, seis de salitre, dos de curtidos, tres molinos de aceite y dos de harina. Las calles de Orgaz también las podemos considerar monumentos. Sus casas blancas y calles empedradas de guijarros, antiguamente estaban dentro de un recinto amurallado, de origen árabe de las que hoy solo quedan dos puertas, las ya mencionadas Arco de Belén, antigua Puerta de Toledo, con un matacán en uno de los lados y coronada de merlones escalonados, y el Arco de San José, antiguamente Puerta de Yébenes, de medio punto enmarcado por dos pilares de mampostería.

Arco de Belén. Foto: J.A. Padilla

No podemos abandonar Orgaz sin hablar de otros dos monumentos importantes, como es el Hospital de San Lorenzo y La Casona. Según cuentan las crónicas, en el año 1482 el conde de Orgáz y su mujer Leonor Carrillo, junto con Alvar Pérez de Guzmán, Alguacil mayor de Sevilla y Señor Orgaz, donaron dinero para levantar un hospital para enfermos pobres. Por aquel entonces existían dos en Orgaz.

Hospital de San Lorenzo. Foto: J.A. Padilla

El primero, llamado Hospital de San Andrés daba asilo y cuidados a los enfermos forasteros, mientras que el segundo daba cobijo a los naturales de Orgaz. De los dos, solo el Hospital de San Lorenzo aun existe y lo podemos encontrar en la Plaza Mayor o de la Constitución, frente a la Iglesia del Santo Apóstol, esquina con la calle Francos. Se trata de una casa que cuenta con soportales sustentados sobre tres gruesas columnas de granito, mientras y en el interior tiene un patio toledano con corredor.

La Casona. Foto: J.A. Padilla

En cuanto a La Casona, esta se encuentra en la calle Real, antiguo Camino Real que unía Toledo y Sevilla, calle que une ambas Puertas de la villa. La Casona, del siglo XVI, sigue la tipología típica de las casas de Orgaz, con sus fachadas pintadas de cal. En esta destaca las pequeñas ventanas superiores ricamente adornadas por rejas de forja y persianas de tablas. Las tejas que rematan la construcción son de barro de estilo árabe. La entrada a la casa se encuentra flanqueada por dos pilastras de piedra y un dintel con la inscripción «AVE MARIA / AÑO 1564».

Iglesia de Santo Tomás Apostol. Foto: J.A. Padilla

Y mientras seguimos nuestro paseo por Orgaz seguimos pensando en esas leyendas que los juglares transmitían de pueblo en pueblo, como la del Cristo del Olvido, o la del fantasma del castillo o la de la princesa Zahara. Estamos en una tierra de leyendas. Y de leyenda.