Valderrobres

No exageramos en absoluto cuando aseguramos que el pueblo de Valderrobres es una de las poblaciones más hermosas de Teruel, de Aragón y de España. Ubicada en la comarca del río Matarraña, la primera impresión que tenemos nos recuerda a otro bello pueblo turolense, Albarracín. Pero con algunas diferencias.

Como aquel, se asienta en un cerro. Amurallado, con un castillo,  un palacio y una bonita iglesia. Calles inclinadas, estrechas y que amenazan la ley de la gravedad.

Aquí termina su coincidencia.

Porque, además, Valderrobres fue un lugar estratégico de carácter militar en el enfrentamiento entre los reinos cristianos y los almohades. En 1175, seis años después de su conquista, Alfonso II de Aragón concede al obispo de Zaragoza los términos de Valderrobres para ser repoblados y fortificados para defenderse de los invasores. Y son de esta época los principales monumentos de la ciudad, como la gran iglesia gótica de Santa María la Mayor y el castillo.

Para entrar en la ciudad, es preciso hacerlo por el puente medieval que cruza el río Matarraña y que conecta con una de las puertas de la muralla, llamada Portal de San Roque con su imponente torreón.Una vez dentro del recinto amurallado entramos en su plaza mayor, la Plaza de España, donde encontramos el palacio renacentista del ayuntamiento, un noble edificio construido en sillería en el siglo XVI y finalizado en 1599. Tiene tres plantas, estando la segunda rematada por balcones rodeados por pilastras y frontón triangular. La planta superior presenta una galería corrida de arcos, rematada por alero moldurado. Tiene lonjas en dos de sus fachadas.

Desde aquí podemos elegir el camino a seguir. Dos de ellos contienen escaleras que nos introducen en el laberinto de sus calles. Los otros dos, comienzan en el llano. Da igual nuestra elección, todos ellos finalizarán en la parte más alta de la ciudad, donde encontraremos otras dos joyas arquitectónicas, como son la iglesia arciprestal de Santa María la Mayor y el castillo.

Deja un comentario