En plena ruta del Quijote, en el corazón de La Mancha, se encuentra la villa de El Toboso, un pueblo inequívocamente relacionado con la inmortal obra de Miguel de Cervantes, siendo aquí donde se situó el origen de Dulcinea, la dama del hidalgo caballero.
El Toboso nos recuerda en cada rincón de sus calles y plazas su carácter quijotesco gracias a las citas que se pueden leer en las fachadas de muchos edificios. Y su máxima expresión lo constituye la Plaza Mayor, típica plaza manchega en la que se levanta la Iglesia de San Antonio, construida en 1525, de estilo gótico tardío, mezclado con sus portadas renacentistas.
Y en la plaza también se levanta el monumento dedicado a Don Quijote y Dulcinea. O, por decir mejor, a Dulcinea y Don Quijote. Se trata de dos figuras metálicas. El caballero, con su lanza en la mano, se postra ante su dama, quien le observa atentamente con su figura y mirada metálica.
La iglesia está en la Plaza Mayor, ya es descrita en las páginas de El Quijote. Se comenzó a construir en 1525, de estilo gótico tardío, mezclado con portadas renacentistas.
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