Játiva

Vista de Játiva desde el castillo. Foto: J.A. Padilla

En el interior de la Comunidad Valenciana, a 60 km al sur de Valencia, se emplaza la monumental ciudad de que, en su momento, fue una de las poblaciones más importantes del Reino de Valencia. Testigo de ello es su imponente fortaleza, situada en lo más alto de la ciudad, y su patrimonio monumental. Játiva fue sede episcopal en la época visigoda, cuna de los papas Borja en el siglo XV y punto importante de los Austrias en la Guerra de Sucesión en el siglo XVIII, además de un importante centro cultural durante la época musulmana.

Foto: J.A. Padilla

Es precisamente uno de los episodios provocados durante la guerra de sucesión el que ha quedado marcado en la memoria de Játiva, cuando el rey borbón Felipe V ordenó la quema de la ciudad por su apoyo a los Austrias. Declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1982, la ciudad posee una extraordinaria colección de edificios monumentales que demuestran su histórico pasado.

Plaza del Mercado. Foto: J.A. Padilla

Con el Castell presidiendo la ciudad desde las alturas, en la parte baja encontramos edificios tan notables como la Colegiata o Seu, la Plaza de la Trinidad, el Almodí, el Hospital Real y la iglesia de San Pedro y de San Francisco y el convento de Sant Doménec, así como gran cantidad de palacios y casas nobles.

Plaza de la Trinidad. Foto: J.A. Padilla

Uno de los puntos neurálgicos de Játiva es la Plaza de la Trinidad, en la cual se encuentran el Palacio de Alarcón, del siglo XVII y el Convento de la Trinidad, del siglo XIV. Uno de los espacios más emblemáticos del centro histórico. La rodean edificios singulares como el Palacio de Alarcón, mansión del siglo XVIII y el Convento de la Trinitat del siglo XIV. De estilo gótico flamígero, de este solo se conserva su portada, que antiguamente era dorada y estaba policromada.

Fuente de la Trinidad. Foto: J.A. Padilla

En el centro de la plaza se encuentra la Fuente de la Trinidad, de estilo gótico del último tercio del siglo XV. En ella se encuentran grabados los escudos de la ciudad y del Reino de Valencia, que antiguamente eran policromados.

La Seu. Foto: J.A. Padilla

Muy cerca de la plaza se encuentra la Colegiata Basílica de Santa María, o La Seu, cuya construcción se inició a finales XVI sobre una antigua mezquita y se concluyó en 1916, es decir, 400 años, aunque quedan elementos aún hoy inacabados. Su puerta principal es barroca y el Altar Mayor corresponde a unos planos del arquitecto Ventura Rodríguez. La planta es de cruz latina, con estilo y dimensiones de las grandes catedrales góticas. El conjunto es de influencia herreriana, similar al Monasterio del Escorial. El campanario, de 60 metros de altura, es del siglo XIX y está rematado por un templete dedicado a la Virgen de las Nieves, patrona de la ciudad, al que se accede tras subir 180 escalones. En la puerta  principal figuran las estatuas en bronce de los dos papas Calixto III y Alejandro VI.

Altar Mayor. Foto: J.A. Padilla

El Altar Mayor está dedicado a la Virgen de la Seo, patrona de Xàtiva. La imagen del escultor valenciano Mariano Benlliure, quien la esculpió en 1942. La original era de estilo gótico y fue quemada el 27 de julio de 1936, durante la Guerra Civil Española. Esta imagen fue la que realizó el Miracle del Lliri el 5 de agosto del años 1600, frente al monasterio de Santa Clara. En 1943 fue bendecida la nueva imagen y colocada en el altar mayor de la Colegiata. Los autores del retablo iniciado en 1776 fueron Ventura Rodríguez y Pedro Juan Guisart. El conjunto es una obra de inmensa belleza, con las figuras de san Joaquín y de santa Ana. En el centro, la imagen de la Virgen de la Seo, colocada en una hornacina rectangular, coronada con un frontón triangular en el que resaltan tres ángeles; a los lados las figuras de la humildad y de la castidad, culminando arriba los arcángeles Gabriel y Miguel, originales de Esteve Bonet. Sobre el Baptisterio podemos observar una vidriera y un lienzo sobre el Bautismo de Cristo.

Vidriera. Foto: J.A. Padilla

Siguiendo nuestro recorrido por Játiva, llegamos a otro de sus monumentos más importantes: el Almodí, hoy Museo Municipal. En su interior se encuentra recogida toda la historia de la ciudad. Antiguamente, este edificio era la antigua lonja del trigo construida a mediados del siglo XVI, en el que destaca la fachada gótica original y un patio renacentista con columnas jónicas.Junto al Almodín o Almodí se encuentra el antiguo Peso Real, donde antiguamente se encontraba la Aduana. En el museo se expone boca abajo un retrato del rey Felipe V. Ese retrato se colocó así por iniciativa de Carlos Sarthou Carreres, quien dirigió el museo hasta 1961, diciendo que hasta que un miembro de la familia real no pidiese disculpas por las tres veces que su antecesor Felipe V había mandado quemar la ciudad, el retrato se quedaría boca abajo

Almodí. Foto: J.A. Padilla

Otro edificio importante es el Hospital Real, antiguo hospital de pobres, que servía también de refugio para peregrinos, ubicado en la plaza de la Colegiata. Su construcción data de los siglos XV-XVI y de él llama la atención la espléndida fachada que combina elementos de épocas diversas. Fue fundado por Jaume I en 1244 y reconstruidos siglos después, fusionando los estilos góticos y renacentistas.

Hospital Real. Foto: J.A. Padilla

La puerta derecha del conjunto tiene arco conopial rodeado por pináculos flamígeros y conduce a la capilla, mientras que la puerta central está concebida como arco de triunfo de pilastras dóricas, friso y frontón, todo de estilo renacentista. El hospital quedó muy afectado por el incendio de 1707 y fue reconstruido a principios del siglo XVIII.

Una vez recorrido el centro de la ciudad, es obligado visitar el otro enclave importante de Játiva: el Castell o Castillo. Situado en lo alto de la sierra Vernissa, llegamos a él por el camino serpenteante de unos 2 km. Durante el camino contemplamos el paisaje y la muralla que se extiende a lo largo de la ladera.

Foto: J.A. Padilla

Cuando llegamos a la parte más alta y final del camino contemplamos las torres que forman parte de complejo amurallado. La Torre Ametlla, de origen gótico, es la única que se conserva de la parte oeste del muro, mientras que en la parte este, se encuentra la Torre del Sol, de estilo almohade.

Castillo. Foto: J.A. Padilla

El Castell es una doble fortaleza formada por el Castell Menor, la parte más antigua del castillo, de origen ibérico y romano, asentado sobre la escarpada pared de la Penya Roja; y el Castell Major, junto a la Plaza de Armas, el cual fue construido en el período medieval y es la parte más amplia y mejor conservada. En este lugar se encuentra la puerta de entrada, las torres de vigía, el almacenamiento de agua, la capilla, las celdas, los jardines, etc.

Castell Major. Foto: J.A. Padilla

El origen de la fortaleza es una construcción Ibérica que se levantó en una de las partes más elevadas de la montaña y que  se conoce como Castillo Menor, mientras que el Castillo Major fue levantado por los romanos. Ambos fueron posteriormente reformados por los musulmanes. En el conjunto arquitectónico destacan la Porta Ferrisa, que es la entrada principal al castillo,  la Puerta del Socorro, y la Puerta de Aníbal, así como la Capilla de la Reina María con la tumba del Conde de Urgel, la Prisión de los Reyes de la Corona de Aragón y la Sala del Duque de Calabria. Los muros de las murallas superan con creces los tres metros de altura y fueron iniciados por los romanos y continuados por los árabes que  hicieron la muralla más ancha.

Castillo Menor. Foto: J.A. Padilla

Desde muchos puntos del castillo, desde sus miradores, podemos contemplar Játiva en toda su dimensión. Aquella ciudad quemada por un rey loco y que supo sobreponerse. Hoy, la ciudad nos ofrece todo su esplendor y toda su historia.