El rey de Patones

La historia de Patones, o más bien la de su supuesto rey, está más ligada a la propia historia que a la leyenda. Patones es un antiquísimo pueblo que ya existía desde la época visigoda. Su situación geográfica favoreció su secular aislamiento. Este aislamiento le llevó a la creación de una especie de rey, de carácter hereditario, que mandara en la población.  Esta historia o leyenda dice que años más tarde este rey local escribió una carta a Felipe II que decía: “Del Rey de los Patones al Rey de las Españas”, lo que despertó la curiosidad de  Felipe II por conocerlo. Una vez enterado de la naturaleza del “reino de Patones”, Felipe II no volvió a darle la más mínima importancia.  Sí se la dio posteriormente  Carlos III para intentar que  pagaran impuestos, aunque sin éxito alguno. Lo cierto es que la situación geográfica de Patones lo convertía en una especie de taifa sin control alguno por parte de la autoridad oficial del Estado.

Según el libro de Matías Fernández García, titulado  “El Rey de los Patones. Historia o leyenda” (1987), Patones no ha sido nunca  fue un reino independiente y ha pertenecido a la villa de Uceda, a la que pagaba los impuestos de la época. En 1842 se le asignó término municipal propio y pasó a pertenecer a la provincia de Madrid. Sin embargo, consta documentalmente en los archivos históricos que en los siglos XVII y XVIII había en Patones un rey. En el archivo histórico de Uceda, Matías Fernández halló dos padrones, uno de 1684 y otro de 1687, en los que aparece la mención de un tal “Pedro González, el Rey”.  Lo que nunca halló, buceando en documentos antiguos, fue la palabra reino, aplicada al pueblo de Patones, ni la eistencia de reina o principe alguno asociado a esta supuesta monarquía.  y menos aún referencia alguna a la reina de los Patones o a sus hijos los príncipes.

La historia nos dice que  en este “reino de Patones”,  que se extendió desde 1600 hasta 1750, este supuesto rey del que se desconoce sus sistema de elección o si su mandato  era temporal o vitalicio, era en realidad  una especie  de alcalde o juez  de paz que administraba el pueblo.  La leyenda nos dice que Patones no fue  un reino independiente, como no consta la correspondencia escrita entre los reyes de España y el rey de los Patones, aunque en el pueblo existe  una inscripción que dice textualmente que Patones: «Tuvo su propio reino y dicen que no supieron de la guerra».


En este sentido, hay que mencionar el  “Libro De la Vida, Virtudes y Milagros” de la Beata Santa María de la Cabeza  en el que se relata lo siguiente en referencia a Patones: “En la falda de los riscos se mantuvieron ocultas algunas familias, en el tiempo de nuestra desgracia y duro yugo de los sarracenos, en los ritos y costumbres cristianas, gobernándose en lo civil por un anciano a quien sencillamente llamaban rey”.

Así pues, se demuestra que “el rey de Patones” pudo ser el hombre de mayor edad del pueblo, que aplicaba su sentido común y edad para impartir  justicia; que bajaba a los pueblos cercanos como Uceda o Torrelaguna a comerciar y que era tratado como  rey. Un pueblo que resistió la revolución francesa porque los invasores no consiguieron encontrar el camino y conquistarla.

De cualquier manera, la leyenda sirva para conocer aún más a un pueblo cargado de encanto donde se puede observar la huella del tiempo. Con rey o sin él.

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