CAMPIDOGLIO
Junto a la Plaza de Venecia y lindando con el Monumento a Vittorio Enmanuel encontramos el Capitolio, o Campidoglio. Ya dijimos antes que en la construcción del monumento imperial se destruyó parte de esta colina, y con ella muchos restos arqueológicos. Solo quedó esta parte de la antigua colina.
El Campidoglio o el Capitolio, también llamado Monte Capitolino es una de las siete colinas sobre las que se fundó Roma. Según la leyenda, el primer asentamiento en la colina fue fundada por el dios Saturno, donde fueron recibidos los griegos, dirigidos por Hércules. En este enclave se erigieron en la Roma clásica importantes templos romanos, se investía a los cónsules, y culminaban las marchas triunfales de los emperadores victoriosos. Este enclave se convirtió en el centro del poder religioso, y también del político, al guardarse parte de los archivos del estado en el Tabularium, cuya fachada podemos domina el Foro. Se convirtió además la sede del gobierno municipal con la construcción, en el siglo XII, del Palacio Senatorio, convirtiéndose en un centro político independiente del Papa.
Pero con el paso del tiempo el Capitolio cayo en total abandono y este lugar se convirtió en lugar de pasto para las cabras. En la visita de Carlos V a Roma, el emperador y su séquito bordearon la plaza por al mal aspecto que presentaba. Este acto tan deshonroso provocó que el Papa Pablo III encargara a Miguel Ángel la reconstrucción de la Plaza del Campidoglio, para que fuera digna de la capital del papado.
A este encargo se debe el diseño actual de la plaza, con los tres palacios rodeando la actual plaza cuadrada, presidida por la estatua ecuestre de bronce de Marco Aurelio. Miguel Angel proyectó la plaza reformándola completamente y orientándola hacia la Basílica de San Pedro, en lugar de hacia el Foro como anteriormente. Esta orientación motivó la construcción de una elegante rampa escalonada, llamada Cordonata, por la cual se accedía sin necesidad de bajar de los caballos. Coronando la rampa, sobre la balaustrada, se encuentran las estatuas de los dioscuros Castor y Polux.
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PIAZZA BARBERINI
La Plaza Barberini es una de las plazas más importantes del centro de Roma y conecta algunas de las calles y zonas más famosas. Está dedicada a una influyente familia noble romana, los Barberini, y en su centro se encuentra la famosa Fuente del Tritón, obra de Bernini. Bernini diseñó también la fuente de las abejas en la adyacente esquina con Via Veneto. La plaza Barberini es un punto obligatorio de paso que permite llegar a la fuente de Trevi, al Quirinal o a piazza di Spagna en pocos minutos a pie. La fuente fue encargada por el papa urbano VIII Barberini, de ahí que el símbolo de su familia esté presente en la fuente.
Cuando llegamos a la Plaza Barberini nos llama la atención inmediatamente la fuente que se levanta en su centro: la Fuente del Tritón, que tiene los escudos de armas del Papa y de la familia Barberini a cada lado. La fuente muestra cuatro delfines que sujetan una concha grande que sostienen al dios marino Tritón, el sopla en una caracola de la que brota un chorro de que cae sobre el pilón. También en esta fuente se sigue la costumbre de lanzar una moneda, tal y como se hace en la cercana Fontana di Trevi.
Al final de la plaza, a la izquierda, comienza la famosa Vía Veneto, calle en que podemos encontrar un gran ambiente por las tiendas y los restaurantes que podemos encontrar.
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PIAZZA NAVONA
La Plaza Navona es una de las plazas más bonitas, tal vez la más, de Roma, pero lo que llama poderosamente la atención es que todo lo que hay en esta plaza tiene un sentido estético, pero también funcional. Es una plaza diseñada como un espacio publico multifuncional. Algo que demuestra claramente su historia. Un sentido lúdico. Hoy, en la plaza se mezclan los pintores y caricaturistas, que buscan unas monedas entre los miles de visitantes que se dan cita en este lugar, los cafés y restaurantes, en los que resulta difícil encontrar un sitio para sentarse, los admiradores del arte, que acuden a admirar las fuentes ornamentales que la decoran o, simplemente, los que utilizan la plaza como lugar de paso. Sea cual sea el motivo de nuestra visita, la realidad es que tardaremos mucho en cruzar la plaza, viendo todo lo que se nos ofrece a nuestro paso y a nuestra vista.
La historia de esta plaza comienza en el año 89 d.C., cuando el emperador Domiciano ordena construir en este lugar un estadio en forma de U para carreras con unas gradas de piedra con cabida para 35.000 espectadores, algo que podemos entender inmediatamente cuando vemos la forma ovalada de la plaza. Un uso lúdico que se mantuvo en la Edad Media, cuando se usó este estadio para los torneos de caballeros aunque, compartiendo este fin con el de la prostitución que se ejercía bajo los pórticos.
En el siglo XVII, el papa Inocencio X, cuyo palacio familiar se encuentra en esta plaza, sustituyó el estadio y la transformó en una plaza urbana y construyendo tres importantes ejemplos del barroco: La Fontana dei Quatro Fiumi, la Iglesia de Sant’Agnese in Agone, y el mencionado Palacio Pamphili.
Sin duda alguna, la Fuente de los Cuatro Ríos es el elemento principal de la plaza. Fue construida ente 1647 y 1651 al escultor y arquitecto Gian Lorenzo Bernini. La fuente representa los 4 ríos de cada uno de los continentes conocidos en la época: Danubio (Europa), Ganges (Asia), Nilo (África) y Río de la Plata (América). Coronándola, se puede ver un obelisco de 16 metros con grabados egipcios, rescatado del Circo de Majencio, que fue encontrado en la Vía Apia. Cada uno de estos ríos se representa con una figura escultórica de grandes dimensiones, como si se tratara de un gigante, con la gran expresividad propia de la época barroca. Junto a cada uno de ellos podemos contemplar la representación de animales de los distintos continentes, como el caballo, el león, el caimán o la serpiente.
Una de las figuras, que representa al río Nilo tiene la mano extendida, como cubriéndose de algo que le pueda venir encima. La razón, según algunos, es que Bernini era enemigo declarado de otros escultor y arquitecto italiano, Francesco Borromini. Este había sido encargado por el papa la construcción de la iglesia de Sant Angese. Y aunque aún no había empezado a construirse, Berlini está intentando desacreditar a Borromini a través de su obra. El Nilo se cubre su rostro para no ver la nueva iglesia. Y los otros tres ríos miran hacia otro lado. Cosas de genios.
En relación a la iglesia de Sant’Agnese in Agone, hay que significar que fue construida en el lugar donde, según la tradición, la virgen desnudada para martirizarla el martirio, aunque sus cabellos crecieron milagrosamente hasta taparla totalmente el cuerpo.
La plaza se completa con otras dos fuentes ornamentales construidas en el año 1575. Al Norte, con la Fuente de Neptuno; y al sur, con la Fuente del Moro, ambas diseñadas por Giacomo della Porta.
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PIAZZA DI TREVI
En contraste con las grandes y monumentales plazas que encontramos en la ciudad de Roma, la Plaza de Trevi es pequeña y recoleta, encajada entre las viviendas y las callejuelas adyacentes. Pero esta plaza contiene uno de los tesoros más preciados de la ciudad y uno de los más visitados. En contraste con la pequeña plaza, nos encontramos con la enorme Fontana di Trevi, una fuente inmortalizada por el cine y que resulta una parada obligada para todos aquellos que visitan Roma.
La Fuente de Trevi es todo un monumento dedicado al agua, como un enorme escenario en el que los pétreos actores juegan con los surtidores para el deleite de todos los que se encuentran abarrotando las gradas que se encuentran alrededor de la fuente. Puede parecer algo obvio el que el agua sea la protagonista de una fuente, pero en algunas ocasiones esto no es así. Aquí, sí. Como en un inmenso escenario compuesto por el palacio Polti, sobre el que se sustenta todo el conjunto ornamental, el dios de los mares, Neptuno, preside la escena y dirige los chorros de agua surgen de las rocas formando cascadas, mientras los personajes marinos parecen saltar sobre ellos.
La Fontana surge cuando, en el año 1629, el papa Urbano VIII encarga a Bernini la construcción de una fuente ornamental que sustituyera a la que entonces se encontraba en esta plaza. La muerte del papa paraliza el proyecto de Bernini, el cual tuvo la idea de cambiar el lugar de la fuente al otro lado de la plaza, para que el papa pudiera verla desde el cercano Palacio del Quirinal. En 1732, el papa Clemente XII retoma y encarga a Nicola Salvi la construcción de la fuente. Treinta y dos años después, con el papa Clemente y el propio Salvi ya fallecidos, se coloca la estatua de Neptuno presidiendo la escena y las estatuas de la Abundancia y Salubridad en los nichos laterales, la fuente es terminada.
Por si fuera poco la espectacularidad y belleza de la fuente, el cine se ha encargado de darle un toque mítico a la misma. De la película Tres monedas en la fuente surgió la costumbre de arrojar un, dos o tres monedas a sus aguas, según el deseo que queramos hacer. Fellini hizo bañarse en esta fuente a la actriz Anita Ekberg en La Dolce Vita.
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PIAZZA DEL POPOLO
En nuestro recorrido norte-sur por la ciudad de Roma, comenzamos por la Piazza del Popolo (Plaza del Pueblo) es una de las plazas más concurridas de Roma. En español su nombre se traduciría como Plaza del Pueblo. El origen del nombre de la plaza podría proceder de la capilla que el pueblo romano levantó en el año 1099, justo en el lugar donde hoy se encuentra la iglesia de Santa María del Popolo. La Plaza la encontramos al atravesar la puerta norte de lo que eran las Murallas aurelianas, donde antes estaba la Puerta Flaminia, justo el comienzo de la Víadel mismo nombre, por donde discurría la calzada que cruzaba la ciudad de norte a sur.
El diseño actual de la plaza es de estilo neoclásico, obra del arquitecto Giusseppe Valadier entre 1811 y 1822 y su diseño recuerda, en gran medida, a la cercana Plaza de San Pedro del Vaticano.
En el centro mismo de la plaza se levanta un obelisco egipcio dedicado a Ramsés II, traído de Heliopolis, llamado obelisco Flaminio, con 24 metros, o 36 contando el pedestal. Fue trasladado aquí en el año 1589 desde su primitiva ubicación en el Circo Máximo, en el año 10 AC, por orden del emperador Augusto.
Mirando desde el norte contemplamos como desde la plaza partes tres calles: la Vía del Corso en el centro, Vía del Babuino a la izquierda y la Vía di Ripetta a la derecha. Las iglesias gemelas de Santa Maria dei Miracoli, construida en 1681, y Santa Maria in Montesanto, en 1679, empezadas por Carlo Rainaldi y completadas por Bernini y Carlo Fontana, separan las tres calles.
Hacia el Sur, la Vía del Corso sigue el rumbo de la antigua Vía Flaminia y finaliza en Piazza Venezia. La Vía di Ripetta pasa por el Mauseoleo de Augusto hasta llegar al Tíber, donde hasta el siglo XIX se podía encontra el Porto di Ripetta. La Vía del Babuinoa, a la izquierda, termina en la Piazza di Spagna (Plaza de España).
En el lado norte de la plaza se levanta la Porta del Popolo y la iglesia de Santa Maria del Popolo, la Porta sufrió su última transformación en 1655, cuando el Papa Alejandro VII ordenó adecentarla para recibir a la Reina Cristina de Suecia, después de su conversión al catolicismo y su abdicación. El diseño corrió a cargo de Bernini.
Santa Maria del Popolo fue anteriormente una capilla levantada en el año 1100, convirtiéndose en iglesia en el siglo XIII cuando el Papa Gregorio IX hizo trasladar una imagen de la Virgen que podemos contemplar hoy en el altar mayor.
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PIAZZA COLONNA
Bajando por la Vía del Corso, en dirección a la Plaza Venecia, nos encontramos la Piazza Colonna, en castellano Plaza de la Columna, la cual debe su nombre a la impresionante columna de mármol que se encuentra en ella desde el año 193.
Esta plaza rectangular está rodeada por impresionantes edificios, entre los que destacan el Palacio Chigi, sede del gobierno italiano, la Iglesia de Santi Bartolomeo ed Alessandro dei Bergamaschi, el Palacio Wedekind y el Palacio Ferraioli. Giacomo della Porta, en la que se pueden ver dos grupos de delfines con las colas entrelazadas.
La columna de Marco Aurelio, que da nombre a la plaza, fue levantada entre los años 176 y 192, tras la muerte del emperador Marco Aurelio para celebrar sus victorias en las Guerras Marcomanas. Está construida con un relieve en espiral con un estilo similar al de la Columna de Trajano. Los relieves representan escenas vivas de las batallas contra las tribus germánicas y los sármatas. En la parte superior se encuentra una estatua de bronce de San Pablo que fue colocada allí en 1589.
La característica principal de la Plaza de españa son, sin duda, los 135 peldaños que forman la escalinata de la plaza, construidas a principios del siglo XVIII para comunicar la plaza con la Iglesia de Trinità dei Monti. Escalinata que, además, es utilizada para descansar por los turistas y visitantes de la ciudad que, a cualquier hora del día, abarrotan la misma, demostrando que, por encima de todo, la Plaza de España es un lugar de encuentro y descanso.
El área sobre la que fue edificada la iglesia de la Trinitá dei Monti fue donada por el rey de Francia Carlos VIII, lo que ,a partir del siglo XVI, creando una zona de influencia francesa. La escalinata fue realizada por con financiación francesa, para celebrar la paz entre Francia y España, uniendo así la plaza española con la iglesia francesa. Los dos relojes de la iglesia señalanan uno la hora de Roma, y otro la de París. Hoy, solo existe un solo reloj que marca la hora de los dos países, es decir, la misma.
Delante de la iglesia, el papa Pío VI, a finales del siglo XVIII, hizo levantar el Obelisco Salustiano, el último de los grandes obeliscos alzados por la Roma papal, realizado en época romana imperial a imitación de los obeliscos egipcios.
En el centro de la plaza se encuentra la Fontana de la Barcaccia, diseñada por Pietro Bernini por encargo del Papa Urbano III. Su forma está inspirada por la llegada a la plaza de un barco en la inundación del Tíber en 1598. Su construcción concluyó en 1627 a manos de su hijo Gian Lorenzo Bernini. Esta fuente tiene forma de barco y tiene grabados los emblemas de la familia Bernini: soles y abejas.
La monumental escalinata fue inaugurada por el Papa Benedicto XIII con ocasión del Jubileo de 1725, mientras que la construcción de la misma se lleva a cabo gracias a las aportaciones de la Casa de los Borbones franceses para conectar la embajada española, también bajo reinado borbón, con la iglesia de Trinità dei Monti. El diseño corrío a cargo de Alessandro Specchi y Francesco De Sanctis y, después de muchas discusiones sobre como salvar el desnivel finalmente se eligió la gran escalinata decorada con numerosas terrazas-jardín, que son adornadas en primavera y verano con diversas variedades florales. La escalinata se restauró en 1995.
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PLAZA DE LA ROTONDA
Esta plaza es de la más concurridas y animadas que se encuentran en Roma. Por dos razones: por la existencia en ella del panteón, y por su cercanía con la Plaza de Navona. Para la construcción de esta plaza, en el siglo XVI por orden del papa Clemente XI, tuvieron que derribarse varias casas antiguas. Hasta bien entrado el siglo XIX, esta plaza fue utilizado para vender pescado, pese a la prohibición papal, debido al mal olor.
Aquí se encuentra el Panteón de Agripa y también la Fuente del Delfín, diseño de Giacomo della Porta de 1575 por encargo del papa Gregorio XIII Boncompagni. También existe un obelisco, situado frente al Panteón, de la epoca de Ramsés II, traído del templo de Ra, en Heliópolis.
La construcción del Panteón actual se llevó a cabo en tiempos de Adriano, en el año 126 d.C. El nombre de Agripa viene dado porque el lugar en el que está construido el edificio actual estaba anteriormente ocupado por el Panteón de Agripa, construido en el año 27 a.C., que quedó destruido debido a un incendio en el año 80 d.C. A principios del siglo VII el edificio fue donado al Papa Bonifacio IV y éste lo transformó en una iglesia.
La principal curiosidad de este edificio son sus medidas. Es un edifico circular que mide lo mismo de diámetro que de altura: 43,30 metros. La cúpula tiene el mismo diámetro y es mayor que la de la Basílica de San Pedro. En el centro de la cúpula se abre un óculo de 8,92 metros de diámetro, que permite que la luz natural ilumine todo el edificio. En el interior del Panteón se encuentran las tumbas de numerosos reyes de Italia y el pintor y arquitecto renacentista Rafael.
La fachada está compuesta por 16 columnas de granito de 14 metros de altura, sobre las cuales se puede ver la inscripción «M.AGRIPPA.L.F.COS.TERTIVM.FECIT«, que significa “Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, lo hizo«.
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PIAZZA VENEZIA
La Plaza de Venecia constituye el centro neurálgico de Roma. Es el punto donde confluyen varias vías importantes de la capital. A partir de este punto comienzan los Foros y el Capitolio, la separación entre la Roma clásica, la imperial y la moderna.
Es por ello por lo se decidió colocar en ese punto el monumento conmemorativo de Vittorio Emanuele II de Saboya, primer rey de Italia, conocido como el Padre de la Patria, llamado también “Vittoriano”, un monumento que precisó para su construcción una parte importante de la colina Capiyolina y que tardaron en construirlo 50 años, siendo finalmente inaugurado en el año 1935. Tras la I Guerra Mundial, se decidió colocar en este enorme complejo el Altar de la Patria, donde se encuentra la llama eterna en honor del Soldado Desconocido, donde dos antorchas encendidas recuerdan a los caídos por la Patria.
El monumento está construido de un resplandeciente mármol blanco, que incluso llega a molestar a la vista cuando el sol cae sobre él. Esta presidido por el propio rey Enmanuel montado sobre su caballo. Por encima de él se encuentran dos estatuas de la diosa Victoria y, en lo más alto del monumento, a cada lado, se encuentran sendas cuadrigas. El monumento mide 135 metros de ancho y 70 metros de altura y en su interior se encuentra el museo de la unificación italiana.
Desde el monumento podemos admirar la inmensidad de la Plaza Venecia. A los dos lados de la plaza vemos dos edificios típicamente venecianos. El de la izquierda, el Palacio Venezia, fue durante el siglo XVII la Embajada de la República Veneciana en los Estados Pontificios. Más tarde, este palacio fue la sede del Gobierno fascista. Desde el balcón central del Palacio Benito Mussolini pronunciaba sus interminables arengas, ante las miles de personas concentradas en la plaza, y allí proclamó el Imperio Italiano en 1936. Frente al Palacio Venezia, se construyó en 1906 el Palacio de Assicurazioni Generali, cuya fachada es un reflejo de la del primero, con el león alado veneciano en el centro. Desde aquí parte además la Vía del Corso, la cual termina en la Plaza del Popolo, lo que hace de esta calle una de las vías de mayor tráfico peatonal de Roma.
Junto al Palacio de Assicurazioni, podemos contemplar la iglesia de El Santísimo Nombre de María, construida en el siglo XVIII y situada justo en el Foro Trajano. Destaca por su alta cúpula. Frente a ella está la Columna Trajana, construida por orden del emperador Trajano en el año 114. Originalmente la columna estaba rematada con la estatua de un águila. Más tarde se colocó en su lugar una estatua del propio Trajano, hasta que, en 1588, se sustituyó por una estatua de San Pedro, que aún se conserva.
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PIAZZA DEL COLOSSEO
Comenzando en la Plaza del Popolo, tras kilómetro y medio llegamos a la Plaza de Venecia. Desde este punto divisamos la Vía del Foro Imperial y, al fondo, la inconfundible silueta del Coliseo romano. A ambos lados de la vía, el Foro Trajano a la izquierda; y a la derecha, el Foro romano. Es decir estamos ante la Roma Imperial. Y el centro de todo ello, el gran Coliseo.
El Coliseo Romano ha sido declarado una de las Siete Maravillas del Mundo en el año 2007, lo que le convierte en uno de los monumentos más visitados de todo el mundo. Las colas de visitantes son interminables y la visita en sí del mismo es todo un reto. Pero algo obligado. A pesar de que su fachada muestra a las claras el paso del tiempo. Aunque su fisonomía tiene mucho que ver con el expolio que ha padecido este monumento durante siglos, al ser desmontado parte de su fachada para la construcción de palacios y casas señoriales durante la Edad Media.
Aun así, cuando estamos junto a él, su monumentalidad impresiona. Y eso que lo de Coliseo, o Colosseo, es decir Coloso, era el nombre de una estatua gigante del emperador Nerón que se encontraba frente a este monumento. En realidad es un Anfiteatro. Pero el Coliseo de Roma es el mayor símbolo del Imperio romano, la prueba del inmenso poder que se entendía desde Oriente a Occidente. En se llevaban a cabo los juegos que entretenían a la sociedad romana, y en su arena lucharon los gladiadores entre ellos o enfrentándose a los leones.
Cuando observamos al Coliseo, empezamos a entender la grandeza del Imperio Romano. En realidad, los Foros no son sino una extraordinaria colección de ruinas que apenas se mantiene en pie. Pero ahora, ante este coloso, comprendemos todo aquello que hemos visto y hemos estudiado. La teoría se hace realidad. Y nuestra imaginación se traslada a aquellos días. E imaginamos este monumento, cubierto de mármol blanco, con su estructura completa y con sus gradas completas de gente. Era entonces el Anfiteatro Flavio, elevándose más de 50 metros de altura y con casi 188 metros de diámetro por su lado mayor y 156 por el eje menor. Hoy, incluso en ruinas, impresiona su elegancia y su monumentalidad.
Aquel anfiteatro mandado construir por Vespasiano en el año 72 d.C., e inaugurado por Tito en el 80 d.C., tras celebrar una serie de fastuosas ceremonias y espectáculos que duraron 100 días durante los cuales tuvieron lugar luchas a muerte de gladiadores, peleas de animales salvajes, y la entrada fue gratuita para toda la población, 50 mil romanos de entonces. Gladiadores que pelearon hasta el siglo VI, cuando se prohibieron este tipo de juegos. Luego, en la Edad Media, el Anfiteatro fue abandonado, utilizándose sus piedras, como la de otros monumentos romanos, como cantera para otros edificios, como se ha dicho antes. Hasta finales del siglo XIX el monumento quedó en abandono y en el olvido. Fue entonces cuando se descubrió parte de su estructura y comenzó su recuperación.
Hoy, majestuosamente se alza ante nosotros y, junto al Arco de Costantino, muestra las huellas de un Imperio. El Arco de Constantino fue erigido en el año 315 en conmemoración de la victoria de Constantino I el Grande en la batalla del Puente Milvio. Se encuentra situado entre el Coliseo y el Monte Palatino. Tiene una altura de 21 metros, una anchura de 25 y está compuesto a su vez por tres arcos. En los relieves del monumento, realizado con bloques de mármol, se pueden ver estatuas extraídas del Foro de Trajano y algunos relieves en los que aparece Marco Aurelio repartiendo pan entre los pobres, además de la representación de Trajano tras su victoria frente a los Dacios. En contraste con el Coliseo, el estado de conservación del Arco es excelente.
FIN……
PASAJERO 56 
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