Madrid

La Plaza Mayor de Madrid. Para muchos, la plaza mayor más bonita de España. En todo caso y, siendo cuestión de opiniones y gustos, estamos en una monumental plaza. Con una gran historia y testigo de muchos acontecimientos.  Hoy, es una visita, parada y fonda obligada. Porque esta plaza exhibe y presume su carácter castizo y madrileño.

El origen de esta plaza se remonta al siglo XVI, ante la necesidad de crear un espacio que sirviera como mercado principal de la villa. Y se eligió este, situado entonces en las afueras de la villa, en la confluencia entre las calles Mayor y Toledo. Nacía la Plaza del Arrabal.

En 1560, tras haber sido trasladada la corte a Madrid, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la plaza a Juan de Herrera. La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, comenzaría en 1590 a cargo de Diego Sillero, en el solar de la antigua lonja. En 1617, Felipe III, encargó la finalización de las obras a Juan Gómez de Mora, quien concluirá la plaza en 1619.

Pero la plaza que hoy conocemos y disfrutamos dista de ser la original. Varios incendios han atacado  esta plaza. El primero, en 1631, obligó a su reconstrucción. El último incendio, en 1790, arrasó la plaza y fue rehabilitada por Juan de Villanueva, quien rebajó la altura del caserío que rodea la plaza de cinco a tres plantas y cerró las esquinas habilitando grandes arcadas para su acceso. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854. En 1848, se colocó la estatua ecuestre de Felipe III en el centro de la plaza, obra de Juan de Bolonia y Pietro Tacca, y que data de 1616. Hasta la actualidad han sido muchas las remodelaciones y reformas realizadas en la plaza. La última de las actuaciones fue llevada a cabo en 1992, y consistió en la decoración mural de la Casa de la Panadería, que representa personajes mitológicos como la diosa Cibeles.

En cuanto a su nombre, este también ha sufrido varios cambios. Desde la primitiva Plaza del Arrabal paso a llamarse Plaza de la Constitución tras la aprobación de la Constitución de 1812. En 814, se llamó Plaza Real. Después volvió a llamarse Plaza de la Constitución hasta que en 1873 cambió su nombre por el de Plaza de la República,  después, otra vez a Plaza de la Constitución desde la Restauración de Alfonso XII en 1876 hasta la dictadura de Primo de Rivera en 1923. Tras la proclamación de la II República se volvió a cambiar al nombre a Plaza de la República. Tras la Guerra Civil española  se recupera el nombre de Plaza Mayor, que perdura hasta la actualidad.

La enorme y monumental plaza posee una planta rectangular de 129 metros de largo por 94 metros de ancho,1​ que está completamente cerrada por edificios de viviendas de tres plantas, con 237 balcones en total que dan a la plaza. Dispone de diez accesos, seis de ellos a través de grandes arcos. De todas las puertas y accesos, tal vez el más conocido, es el Arco de Cuchilleros, en la esquina suroeste, que se abre sobre la calle de la Escalerilla de Piedra.

En el centro del lado norte de la plaza se levanta la Casa de la Panadería, llamada sí porque, en un principio, sus bajos albergaban la tahona principal de la Villa. Enfrente de ella, en el lado sur, la Casa de la Carnicería, que debe su nombre porque en ella se albergó el depósito general de carnes desde el que se abastecía a los mercados de la villa.  La estatua ecuestre de Felipe III que se encuentra en el centro de la Plaza Mayor fue comenzada por el escultor italiano Juan de Bolonia y terminada por su discípulo Pietro Tacca en 1616. Fue un regalo del entonces gran duque de Florencia para el rey de España. Inicialmente se ubicó en la Casa de Campo.

.En los soportales, sostenidos por pilares de granito, se alojan numerosos comercios de hostelería, por ser un importante punto turístico de Madrid, así como tiendas de coleccionismo, filatelia y numismática. Los domingos, en los soportales, los coleccionistas de monedas y sellos tienen la oportunidad de satisfacer su afición.