San Miguel

Foto: J.A. Padilla

En el corazón del Madrid de los Austrias, detrás de la Plaza de la Villa, encontramos una pequeña iglesia encajada entre las estrechas calles de este barrio castizo de Madrid. En realidad no es una iglesia, sino la Basílica Pontificia de San Miguel, también conocida como Basílica de San Miguel, un extraordinario ejemplo del barroco italiano del siglo XVIII en Madrid. Fue mandada edificar por la  edificada por la reina Isabel de Farnesio en el año 1739, cuando su hijo Luis Antonio de Borbón era Arzobispo de Toledo y Madrid pertenecía esta diócesis.

Foto: J.A. Padilla

Ya su aspecto exterior llama la atención por su fachada curva en la que encontramos varios conjuntos escultóricos con alegorías de la Caridad, de la Fe, de la Esperanza y de la Fortaleza, obra de Roberto Michel y Nicolás Carisana situadas en los dos cuerpos superiores. Sobre  la puerta,  un bajorrelieve, realizado por Carisana, donde se muestra el Martirio de los Santos Justo y Pastor, a los cuales estuvo consagrada la iglesia que se encontraba en este lugar anteriormente.

El templo es de planta de cruz latina, obra del  arquitecto italiano Santiago Bonavía. En los retablos trabajó Ventura Rodriguez. La iglesia pasó a llamarse de San Miguel, Santos Justo y Pastor, en tiempos de José Bonaparte. En el siglo XIX el templo cambio su denominación  por la de San Miguel. En 1892 se entregó a la Nunciatura apostólica, adquiriendo el título de basílica pontificia. En el año 1885, el palacio construido por el infante Don Luis junto a San Justo, fue convertido en residencia de los nuevos obispos de Madrid. El templo, ya de la Nunciatura, fue regido por los Padres Redentoristas y quedó bajo la advocación de San Miguel, que permanece hasta hoy.

En esta Basílica estuvo enterrado el músico Luigi Boccherini, tan querido por el infante D. Luis, hasta que en 1927 Mussolini dio orden de trasladarlo a Italia.

Es Monumento Histórico Artístico Nacional desde el año 1984.

Foto: J.A. Padilla

El interior del templo es una maravilla y está recubierto con estuco imitando mármoles y oro.  La Iglesia tiene planta de cruz latina y consta de una sola nave con un total de seis capillas, tres en el lado del Evangelio  y  tres en el de la Epístola, si bien en el crucero cuenta con otras dos, una en cada lateral, y una más en el lado izquierdo, al lado de la entrada. Las columnas están rematadas por capiteles corintios y sobre ellos hay cuatro medallones en grisalla en los que están representadas diferentes escenas bíblicas.

Foto: J.A. Padilla

Llama la atención la maravillosa bóveda que cubre la nave, con pinturas al fresco realizadas en 1745. En la primera se representa a un Calvario, mientras que los lunetos siguientes contienen imágenes de los profetas Ezequiel y Jeremías, pintadas por Gustavo Hastoy.

Foto: J.A. Padilla

En el centro de la nave se representa la «Apoteosis de los Santos Niños Justo y Pastor«, torturados en Alcalá de Henares, antigua Complutum, por los romanos al negarse a renunciar a su fe cristiana. Es obra de Bartolomé Rusca.  En las cuatro pechinas aparecen: la Fortaleza, representada como Santa Bárbara; la Virginidad, como Santa Cristina; la Inocencia, como Santa Inés; y, por último, un grupo de ángeles. Finalmente, en los laterales, los profetas Isaías y Daniel, ambos también de Hastoy.

Foto: J.A. Padilla

La Capilla Mayor se encuentra presidida por un gran lienzo en el que se figura San Miguel Arcángel venciendo a Lucifer; la pintura fue encargada para este retablo por el Papa León XIII, siendo su autor Alejandro Ferrant y está datada en 1897. En la parte superior, enmarcan el cuadro dos ángeles, realizados por Pedro Hermoso, autor asimismo de los medallones que, a izquierda y derecha del Retablo Mayor, nos muestran sendos relieves de Jesús y María, respectivamente. Sobre el lienzo de San Miguel, un medallón muestra la imagen de Dios Padre, hecha por los hermanos González Velázquez. En cuanto al Altar Mayor, éste está realizado en mármol y bronce y en su parte frontal cuenta con un altorrelieve, igualmente en bronce, del maestro escultor Lorenzo Frechilla en el que figura la «Exaltación de la Santa Cruz«, mientras que en la parte que no vemos, otro relieve también del mismo autor representa la «Cena del Señor con los discípulos de Meaux«, siendo ambos de 1968.

Foto: J.A. Padilla

La Capilla Mayor se halla cubierta por una bóveda de arista que, al igual que la que cubre el crucero, fue pintada al fresco en 1752 por los ya mencionados hermanos González Velázquez, representando en este caso la «Presentación de los Santos Niños ante el Procurador romano«. A los laterales, hay una serie de pinturas que, junto a la de San Miguel del retablo, forman el grupo de los Siete Arcángeles Mayores, cada uno mostrando sus atributos correspondientes y por los que son identificados. A un lado, Barachiel «El Ayudante», con rosas blancas en el manto que representan las bendiciones de Dios; Gabriel «El Anunciador», con una linterna y un espejo de jaspe; y Jehudiel, «El Remunerador», con un látigo y una corona de oro, en señal de castigo, o recompensa. Al otro lado, Uriel «El Poderoso Aliado», con fuego a los pies y una espada desenvainada, protegiéndonos del mal; Rafael «El Médico», portando una píxide y acompañado por Tobías, que lleva un pez; y Sealtiel «El que Reza», que aparece con las manos juntas en señal de oración. El séptimo es, como hemos dicho, San Miguel «El Victorioso», en el retablo, que porta un estandarte blanco con una cruz roja mientras vence a Satanás, que está cayendo a sus pies.

Foto: J.A. Padilla

Podemos observar dos capillas a ambos lados del crucero. En el lado del Evangelio, está la Capilla de San José con el Niño.

Foto: J.A. Padilla

Está formado por cuatro columnas marmóreas que enmarcan la hornacina donde vemos a  San José enseñando el oficio de carpintero a Jesús, quien sostiene una tabla como símbolo de la Cruz de Cristo. En la otra capilla, en el lado de la Epístola, está la Capilla de Nuestra Señora de la Asunción. La hornacina nos muestra la imagen de la Virgen elevada a los cielos por un grupo de ángeles, mientras que dos más llevan a cabo su Coronación. A su alrededor, cinco símbolos nos muestran varias advocaciones en latín: «Stella Matutina» («Estrella de la Mañana»); «Porta Coeli» («Puerta del Cielo»); «Mater Ecclesiae» («Madre de la Iglesia»); «Electa ut sol» («Preclara como el Sol»); y, bajo el pedestal de ángeles que la sostienen, «Mater pulchrae dilectionis» («Madre del Amor Hermoso»). Remata el conjunto una grisalla en la que aparece la escena bíblica de Rut trabajando en los campos de Booz.

Foto: J.A. Padilla

En uno de los laterales del templo, junto a la puerta de entrada a la izquierda, se encuentra la Capilla del Niño Jesús de la Gracia, obra anónima fechada del siglo XVIII. La talla que aquí vemos es parte actualmente del patrimonio de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón.

Foto: J.A. Padilla

Otra de las capillas interesantes es la Capilla del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón y de Santa María Inmaculada Madre de la Iglesia, conocida popularmente como Capilla de los Estudiantes por pertenecer ambas a esta Hermandad, si bien el Cristo pertenece a la Santa Sede. La imagen de Cristo Crucificado es una  talla del siglo XVIII realizada por Luis Salvador Carmona, mientras que la de la Virgen está hecha entre los años 1995 y 1996 por el escultor sevillano Juan Manuel Miñarro López.