La Torre de Hércules

La Torre de Hércules desde la rosa de los vientos

 El faro de La Coruña o Torre de Hércules fue construido por los romanos en el siglo I sobre una loma en la ciudad de La Coruña.  Es el símbolo de la ciudad de A Coruña y tiene el privilegio de ser el único faro romano y es el más antiguo en funcionamiento del mundo. Además, con su altura de 68 metros, es el segundo en altura de España. Desde su edificación original ha sufrido varias reconstrucciones.  Sobre la Torre de Hércules se han fraguado varias leyendas, de las que la más conocida es la cuenta en Estoria de Espanna el rey Alfonso X el Sabio, atribuyendo al héroe Hércules la construcción del faro para recordar su victoria sobre el gigante Gerión. Sin embargo, la más antigua referencia a este relato se encuentra en la Teogonía de Hesíodo, supuestamente escrita a principios del siglo VII a C. en el que se narra que cuenta que “Crisaor engendró al tricéfalo Gerión al unirse con Calirroe, hija del ilustre Océano, y a éste lo mató el fornido Heracles por sus toros de andar basculante en Eritia, rodeada de corrientes”. De acuerdo con el geógrafo Estrabón, Eritia era la isla donde los fenicios fundaron la ciudad de Gadir o Cádiz.

Según la leyenda, el legendario héroe griego Heracles vino en busca del gigante Gerión que reinaba sobre las tierras comprendidas entre el Duero y el Tajo, con el fin de liberar al pueblo de su poder desmedido. El enfrentamiento entre ambos duró tres días con sus correspondientes noches, al cabo de las cuales Hércules venció al gigante, cortó su cabeza y la enterró junto al mar. Para conmemorar su Cuando Hércules se fue, Espán, su sobrino, fue nombrado señor de España y pobló villas y ciudades. Acabó de construir la Torre del Faro que comenzara su tío y como era un hombre sabio la dotó de un candil con un fuego que nunca se apagaba, además hizo un gran espejo por el que se veían venir las naves enemigas desde una gran distancia.

La mitología griega menciona la leyenda de Hércules o Herácles, hijo de Zeus y de Alcmena, hija de Anfitrión. Se dice que el día de su nacimiento muchos presagios anunciaron la gloria del hijo del dueño y señor del Olimpo. Como Alcmena había dado a luz a dos mellizos, Heracles e Ificles, su esposo Anfitrión quiso saber cuál de los dos era su hijo, por lo que envió dos serpientes a la cuna de los mellizos para que estas le mostraran su hijo. Hércules entonces despedazó a las serpientes y demostró con ello que era hijo de Zeus. Hera, esposa y hermana de Zeus de Zeus, movida por los celos, envió dos terribles dragones para despedazasen al niño, pero este también los despedazó. Hera apaciguó su ira contra Hércules hasta el punto en el que consintió, influida por Palas, en darle de mamar, dando con ello a la leyenda del Camino de Santiago, la Vía Láctea, al derramarse algunas gotas de leche mientras mamaba. Palas logró que se apaciguara la cólera de Hera hasta el extremo de que la reina de los dioses consintió en darle de mamar de su pecho al hijo de Almena. Se cuenta que Heracles, abandonando el pecho, dejó caer algunas gotas de leche que se derramaron sobre el cielo, formándose de esta singular manera la vía láctea o camino de Santiago.

Pero su odio nunca se apaciguó. Cuando Hércules ya había crecido, Hera vertió en su copa un veneno que lo enloqueció y esta locura hizo matara a su esposa, llamada Virtud, y a sus propios hijos confundiéndolos con enemigos. Como castigo fue enviado con el primo de Hera, Euristeo, quién le encomendó una serie de duros trabajos, conocidos como Los doce trabajos de Hércules: El león de Nemea, la hidra de Lerna, el jabalí de Erimanto, las aves de Stinfálidas, la cierva de Artemisa, el toro de Creta, los establos de Augías, robar los caballos de Diomedes, las manzanas de las Hespérides, arrebatar el cinturón de Hipólita, dar muerte al monstruo Gerión, y arrastrar a Cerbero fuera de los infiernos. En su décimo trabajo Euristeo ordenó a Hércules el ir a buscar el ganado de Gerión a Eriteia, una isla, situada en las proximidades del Océano Atlántico, en la desembocadura del río Tartessos (Guadalquivir) habitada por el gigante Gerión, el cual tenía los cuerpos de tres hombres juntos y tres cabezas, dotado de una gran fuerza y gran inteligencia y que tenía aterrorizado a su pueblo. Gerión poseía un rebaño de bueyes de color rojo que Hércules tenía que ir a buscar. Además, junto a él vivían dos enormes perros que cuidaban del ganado: Euritión, que era su pastor y su perro guardián; y Orto, de dos cabezas, emparentado con Cancerbero. Al pasar por el estrecho de Tartessos levantó dos columnas, una a cada lado, en los límites de Europa y de África, para recordar su paso por este lugar: el estrecho de Gibraltar. Después fue al encuentro de Gerión. Entonces el perro Orto lo divisó y le atacó, pero Hércules le mató con su maza. Cuando Euritión vino a vengar a Orto, Hércules lo mató también. Descubrió entonces que Gerión había escapado hacia el límite occidental de Iberia, por lo que Hércules fue en su busca, encontrándole en un promontorio situado junto al océano, donde el gigante dormía plácidamente creyéndose a salvo. Hércules le despertó y le retó a luchar contra él.

La lucha fue terrible. La tierra retumbaba y ninguno de los dos conseguía doblegar al otro. Más de tres días llevaban Hércules y Gerión luchando sin césar, cuando Hércules recurrió a Zeus para que le prestara uno de sus poderosos rayos. Con él hirió de muerte la Gerión. Después, Hércules cortó las tres cabezas del gigante y las enterró en aquel mismo promontorio rocoso, arrojando luego el resto del cuerpo al océano tenebroso para que fuera arrastrado por las olas. Luego, partió hacia Micenas con los bueyes de color rojizo, no sin antes mandar construir encima de donde había enterrado las tres cabezas una torre para conmemorar su victoria sobre el gigante, fundando una ciudad alrededor del mismo lugar. La primera persona que llegó a este lugar fue una mujer llamada Crunia, de la cual se enamoró el propio Hércules, dando origen a la ciudad de Coruña.

 

 

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