Cuacos de Yuste

Plaza Mayor. Foto: J.A. Padilla

Dicen que La Vera es un paraíso natural. Tal vez el mejor embajador de esta comarca sea el emperador Carlos V, quien decidió retirarse a estas tierras para retirarse de la Corte y vivir sus últimos días cerca del paraíso, o en el paraíso mismo. Y eligió un lugar cercano a Cuacos de Yuste, concretamente en el Monasterio, para su vida de retiro espiritual, desde febrero de 1557 hasta su fallecimiento, acaecido en septiembre del año siguiente. Hablamos de un lugar paradisíaco, un retiro de reyes.

Foto: J.A. Padilla

Cuacos de Yuste es otro típico pueblo de La Vera, con su arquitectura, entramado urbano y su identidad. Además del reconocido monasterio de Yuste, Cuacos de Yuste  cuenta con varios lugares interesantes, como la Plaza Mayor, porticada, y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o la pequeña plaza de la Fuente de los Chorros, entre otros.

Plaza Juan de Austria. Foto: J.A. Padilla

La primera visita está también relacionada con el emperador. En la Plaza de Juan de Austria se encuentra la casa en la que, según cuenta la leyenda, vivió el hijo natural del Emperador, al que popularmente se le conocía como Jeromín, aunque la historia lo recuerda como Juan de Austria, general y almirante que al mando de la flota de su hermanastro el rey Felipe II consiguió derrotar a los turcos en la batalla de Lepanto.

Casa de Jeromín. Foto: J.A. Padilla

Jeromín vivió en la casa a cargo de los mayordomos del rey, Luis de Quijada y su esposa Magdalena de Ulloa. Esta plaza tiene la singularidad de tener forma de anfiteatro, realizándose además obras teatrales y conciertos en las festividades de Cuacos.

Plaza Mayor. Foto: J.A. Padilla

La Plaza de España o Plaza Mayor, contiene los mejores ejemplos de la arquitectura de La Vera, casas porticadas sostenidas por columnas de piedra, algunas de ellas traídas del Monasterio de Yuste después de la desamortización de la iglesia, casas con entramados de madera y el Ayuntamiento.

Ayuntamiento. Foto: J.A. Padilla

Otro monumento de interés es la Iglesia parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo renacentista y barroco en la cual destaca la sacristía, obra del siglo XVI. La ermita de Santa Ana, situada a la entrada del pueblo, es una pequeña ermita restaurada recientemente, en cuyo interior alberga el Cristo del Amparo, talla que posee un gran valor histórico, del siglo XVIII.

Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción. Foto: J.A. Padilla

Cuacos de Yuste posee rincones que maravillan al visitante que pasea sosegadamente perdiéndose por sus calles. Y entre esos rincones está la plaza de la Fuente de los Chorros, cuya fuente data de principios del siglo XVI. Ha servido para abastecer de agua a personas y animales. Tiene cuatro chorros de agua. Actualmente es un símbolo para la mancomunidad de La Vera y un emblema para Cuacos.

Plaza de la Fuente de los Chorros. Foto: J.A. Padilla

Además de la fuente en sí, el entorno en el que está es extraordinario. Alrededor de la plaza podemos ver edificios de dos plantas de arquitectura tradicional típica verata, adornados con flores y macetas.

Fuente de los chorros. Foto: J.A. Padilla

En las afueras, junto al monasterio, también encontramos un elemento singular: el cementerio de los alemanes, el cual alberca los restos de casi dos centenares de soldados fallecidos durante las dos guerras mundiales, en territorio español o cerca de sus costas. El emperador Carlos V decidió morir en este lugar. El mismo elegido para este cementerio. Pero Cuacos de Yuste es un paraíso para disfrutarlo al máximo. Para vivirlo.

Foto: J.A. Padilla